Nuestro planeta emite una onda resonante equiparable con un pulso: la Resonancia Schumann ha sido llamada desde hace algunos años el "latido del corazón de la Tierra" y sólo había sido detectada en el interior de nuestro planeta. Ahora, sin embargo, satélites han identificado señales de este pulso electromagnético en los confines del espacio.
La Resonancia Schumann corresponde a una frecuencia de 7.8 hertz o 7.8 ciclos por segundo --esta es la misma frecuencia alfa que exhibe el cerebro en un estado de relajación y a la que se solía sintonizar la famosa "máquina de los sueños". Al igual que el corazón, este latido está regulado por la electricidad. Cuando los rayos hacen contacto con la tierra se generan ondas electromagnéticas en la atmósfera (el relámpago es una manifestación de este pulso telúrico). Estas ondas se mantiene entre la tierra y la alta atmósfera a unos 100 km de altura. La resonancia Schumann, que prmero fue observada por Nicola Tesla, forma una especie de harpa de reverberación eléctrica en la ionósfera de nuestro planeta que se alimenta de sus mismas ondas, y que permite, en la teoría de Tesla, la transmisión de comunicación y energía inalámbrica.
Científicos de la NASA trabajando en el Goddard Space Flight Center revelaron que detectaron por primera vez estas ondas que llevan la firma de la Resonancia Schumann a una distancia de 500 millas más allá de la cavidad formada por la superficie de la tierra y la ionósfera. Aparentemente estas ondas eléctricas resonantes se filtran por esta cavidad hacia el espacio, como emitiendo una señal de vida, un pulso cósmico.