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Documental grabado por Vivian Kubrick a los 17 años de edad, antes de que se convirtiera a la Cienciología, muestra la intimidad de unos los grandes directores en toda la historia del cine en un hipnótico escenario.

Con tan sólo 17 años de edad Vivian Kubrick, la hija consentida del gran cineasta, realizó un notable documental sobre la filmación de The Shining (1980), una de las películas más influyentes en la historia del cine de horror basada en la novela de Stephen King. Por 33 minutos nos convertimos en la mosca intrusiva que rodea la factura de la angustiante aura supernatural de este film en el que Jack Nicholson  pierde la cabeza entre la fantasmagoría, el aislamiento, un río metafísico de sangre y una poderosa tormenta de nieve que se fusiona con la luz liminal.

Stanley Kubrick se mantuvo aislado de los reflectores, con discreta magnificencia, pero en este documental alcanzamos a entrever los detalles (donde está el diablo de su maestría) que lo llevaron a ser uno de los más grandes directores de cine de la historia.  Tanto Jack Nicholson como la actriz Shelley Duval mencionan que Kubrick gustaba de jugar juegos con sus actores para llevarlos más allá de sus límites y que si bien los empuja psíquica y emocionalmente, ellos aceptan esto porque Stanley manifiesta siempre total confianza y genera el respeto que les permite caminar sobre el abismo. Duvall incluso señala que solo en el rodaje de The Shining aprendió más que en toda su carrera como actriz.

 Vivian Kubrick, además de este documental, compuso la banda sonora de  Full Metal Jacket (1987) y su padre le había pedido que compusiera para la que iba ser su última película, Eyes Wide Shut (1999), pero Vivian rompió con él y no volvió a hablar con Kubrick ya que se había convertido a la bizarra religión de la Cienciología, la cual exige que sus miembros corten los lazos con sus familias y el pasado. Vivian fue al funeral en Inglaterra acompañada de un miembro de la Cienciología, lo que se conoce como un manejador: el hombre no hablaba con la familia solo se sentaba ahí. Vivian se quejaba de un dolor en la espalda de hace 10 mil años (según su media hermana). La familia no sabía cómo responder antes esta situación sumamente extraña. Hace dos años, cuando murió su hermana, Vivian no acudió al funeral y, tristemente, esta talentosa mujer no tiene ya contacto con su familia.