*

Estudio afirma que las abejas son capaces de experimentar sentimientos, descubrimiento que las convierte en el primer insecto que puede acceder al ámbito emocional.

Aparentemente las abejas podrían ser los primeros animales invertebrados en manifestar una emoción: el pesimismo. Lo anterior resulta sorprendente ya que en caso de ratificarse, este fenómeno desmentiría la noción de que solo los animales más “elevados” pueden acceder a los sentimientos.

La respuesta de las abejas “tiene más en común con los vertebrados que lo que se pensaba”, afirman los investigadores Melissa Bateson y Jeri Wright en un estudio publicado en  Current Biology. Los hallazgos “sugieren que podría considerarse que las abejas exhiben emociones”.

Bateson y Wright diseñaron un experimento que aplicaron a las abejas para mostrar si los animales son capaces de experimentar estados cognitivos en los que información ambigua sea interpretada negativamente. Para ello los investigadores deben entrenar a los animales para que éstos asocien un estímulo con una recompensa y otro con un castigo.

A continuación se genera un tercer estímulo “ambiguo”, que permite interpretar su postura ante él y así exponer al animal en cuestión al modelo del vaso medio lleno o medio vacío. Los animales pesimistas tienden a asociar el estimulo “neutral” con el castigo. Y en este contexto el pesimismo no se entiende como una faceta negativa en la personalidad de, en este caso, las abejas, sino como una manifestación de que pueden acceder a situaciones emocionales.

Hasta ahora investigaciones anteriores confirmaron que las ratas y los perros son capaces de ejercer el pesimismo. Pero aunque las abejas ya han pasado pruebas de reconocimiento de patrones y modelaje espacial, lo cierto es que no se concebía la posibilidad de que los diminutos cerebros de estos insectos pudiesen experimentar emociones.

“Los invertebrados, como las abejas, no son comúnmente relacionados con la posibilidad de experimentar emociones humanas. Pero antaño compartimos un ancestro común. La fisiología básica del cerebro se ha retenido a lo largo del proceso evolutivo. Así que hay similitudes básicas”, afirma Bateson, quien agrega que en un futuro le gustaría monitorear otro tipo de sentimientos en las abejas, como alegría o depresión, este último sobre todo en relación a la presencia de pesticidas o, por qué no, radiaciones de teléfonos móviles. “Sería interesante averiguar si los pesticidas alteran su cognición, creando estados similares a la depresión”.

[Wired]