¿Genera más violencia el porno detrás de las barras? ¿O, al contrario, apacigua a los convictos una dosis de pornografía? La American Civil Liberties Union está cabildeando para que los prisioneros del centro Moncks Corner, en South Carolina, puedan ver y leer pornografía, después de que surgieron reportes de que este centro de detención sólo permitía a sus reclusos leer la Biblia.
Los oficiales de Monck Corner han dicho que los presos tienen un amplio material de lectura pero que la pornografía no se permite. Los abogados del centro de detención dijeron que esta política no será cambiada ya que sostienen que el porno dentro de la prisión solo haría más hostil el ambiente.
Al momento se ha agendado una audiencia preliminar para discutir este tema.
Quizás la American Civil Liberties Union podría optar por la táctica del grupo estudiantil Atheist Agenda de la Universidad de Texas en San Antonio, que ofrece pornografía a cambio de Biblias u otros textos sagrados.