Es difícil imaginar aquel instante en el que por primera vez un hombre dijo una palabra, en el que nació el lenguaje. Equiparable a descubrir el fuego, quizás haya sido una especie de iluminación. Lo que parece cierto desde el punto de vista científico es que este insante memorable ocurrió en África entre 50 mil y 70 mil años atras.
Quentin Atkinson, un científico neozelandés, realizó un estudio analizando 504 lenguajes tradicionales que eran usados antes de la colonización en África, para medir el número de fonemas que eran utilizados. El número de fonemas es usado para medir la diversidad lingüística: entre más diversa una lengua, lo más antigua que se supone que es. En África, al parecer, usan más sonidos que en cualquier otro lugar.
Se cree que el lenguaje evoluciona de forma similar a las especies. Cuando poblaciones grandes se dividen en grupos más pequeños, sólo se llevan una pequeña cantidad de diversidad genética con ellos, y así sucesivamente.
“Así que puedes tener árboles de lenguas, al igual que tienes árboles geneaológicos de especies”, dice Atkinson.
La evidencia de que el ser humano evolucionó primero en África proviene de que existe una mayor diversidad genetica en ese continente.
La evidencia del trabajo de Atkinson apunta a que el lenguaje fue una de las herramientas evolutivas que se llevaron los primeros grupos que migraron fuera del continente.
Como anécdota, el etnobotánico Terence Mckenna creía que el lenguaje había nacido en las grandes planicies africanas bajo la inspiración del hongo alucinógeno. Creciendo del excremento de animales bovinos, algún hombre pudo haber avistado la luz azul de la psilocibina, característica de estos hongos, y al consumirlos, quizás, el Logos, empezó a operar en el cuerpo humano: una simbiosis de una espora ancestral con un incipiente homínido a través del cual la Tierra podría experimentar funciones evolutivas de mayor sofisticación.
Tal vez los primeros hombres en dominar el lenguaje se dieron cuenta que con él podían controlar a los demás y que nombrar era crear nuevas realidades.