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En una nueva muestra de la política espectáculo que caracteriza a Estados Unidos, Donald Trump encabeza las encuestas por el Partido Republicano para competir contra Obama en las elecciones del 2012

El multimillonario de los bienes raíces vuelto estrella de reality TV, Donald Trump, encabeza las encuestas entre los contendientes a la candidatura republicana para la presidencia en el 2012. “The Donald” ha manifestado su interés por contender a la presidencia en el 2012, pero se no se sabe bien a bien si es solamente un truco de marketing o una aspiración seria.

La encuesta de Public Pollicy Poll tiene a Trump, con 26% de preferencia, con un 9% de ventaja sobre el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee y 11% sobre Mitt Romney, quien está en tercer lugar. Sarah Palin está en quinto lugar con solo el 8%.

El mogul de los bienes raíces se hizo aún más popular con su serie “The Apprentice” en la que muestra a jóvenes enterpreneurs como regir un imperio de negocios, mostrando que es un líder natural y también que tiene valores ultraconservadores.  Trump ha hecho comentarios afiliados a la postura conspiratorial de que Obama no nació en Estados Unidos y ha dicho que Estados Unidos debe liberarse del yugo de los mexicanos y de los chinos y dejar de emplear a los migrantes y comprar los productos extranjeros. Comentarios que en Estados Unidos entre los conservadores son bastante populares.

De tener una elección entre Trump y Obama tendremos una nueva batalla de “showmans”, mostrando que la política y el espectáculo se han unido indisociablemente, entre retóricas y reflectores, campañas llevadas por compañías de marketing  y una constante demagogia que emplea a la cultura de las celebridades como su delfín. Trump sabe de esto, llevar un reality show, que en realidad es un simulacro de la realidad, que es producido solo para que parezca suficientemente real para que el espectador suspenda su juicio, es seguramente un buen aprendizaje para la presidencia del país que dio a luz a Hollywood (y que tien ya en Reagan a un presidente actor). Trump es el Aprendiz. Y Obama ya antes fue el gran showman, a la Kennedy. Pero al fin de cuentas, todo lo que sucede en la campaña es solo el ensayo de una obra de teatro que nunca se llevará a cabo. Y la supuesta elección y fricción entre dos visiones alternativas, la republicana y la democrata, sólo es una farsa destinada a mantener la ficción de la democracia: al fin de cuentas, como Obama prueba, las grandes corporaciones, las petroleras y los bancos, son los que tienen el poder y no se mueven de la silla en la sombra, sin importar si el que está en la silla pública sea de color azul o rojo.