Todo apunta a que la vida en nuestro planeta llegó del espacio exterior en una especie de esperma cósmico de químicos prebióticos. Meteoritos encontrados en la Antártica que contienen carbón y nitrógeno dentro cuando son calentados y reciben presión y agua emiten amonio, el cual según muchos científicos fue el precursor de las complejas biomoléculas que formaron por primera vez creaturas unicelulares.
Lo más interesante del caso es que el nitrógeno encontrado en los meteoritos es distinto al de la Tierra, lo cual incluso ha llegado sugerir que esta roca ancestral es nuestro padre cósmico en cierta forma o que al menos una roca similar podría bien serlo.
La teoría de que la vida pudo haber sido sembarada por una civilización extraterrestres es parte de lo que se conoce como Panspermia Dirigida, una teoría a la que suscribía el descubridor del la hélice del ADN, Francis Crick.