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La posibilidad real de que seres más evolucionados que nosotros puedan haber creado ambientes de realidad virtual holográficos completamente inmersivos, nos hace reflexionar sobre quiénes podrían ser estos seres y cómo escapar de este simulacro en el que tal vez vivamos

Uno de los nuevos mitos en la era de la información es la Matrix. Más allá de la película que le da nombre a este sistema de realidad, la noción e intuición de que vivimos en una simulación o en un sistema de control similar a una prisión energética, cuyos barrotes a veces son invisibles o son programas en nuestra mente, no nace, ciertamente con la película de los hermanos Wachowski. Es resonante precisamente con una matriz de arquetipos que podemos trazar hasta la Cueva de Platón, el Maya o Samsara de la India y, en su más evidente acepción, en el gnosticismo, con su sistema de Arcontes, o controladores planetarios.

También, como brillantemente reconecta Christopher Knowles, Matrix es un largo sendero que atraviesa –necesitando manifestar esta metáfora del control- la cultura popular en las últimas décadas. Como si fuera una sofisticación del Nuevo Orden Mundial, de la distopia orwelliana de 1984, que también encarna en Alphaville (donde la inteligencia artificial ha hecho zombies de los hombres), este meme encuentra en la ciencia ficción su mejor expresión. Antecedentes como el episodio piloto de Star Trek, The Cage, donde tres individuos  (los eternos agentes/aliens/ángeles/arcones/) alteran la percepción de unos sujetos que están en una prisión, de forma similar a como las máquinas alteran la percepción de los hombres en The Matrix, mientras están siendo usados como baterías. Dark City, Ghost in the Shell, Neuromancer, VALIS,  también prefiguran a The Matrix –que encuentra su sustento filosófico en Cultura y Simulacro de Jean Baudrillard y que indirectamente tiene un paralelismo con el mundo del tonal de Carlos Castaneda, que a su vez es análogo al Mundo de la Representación de Schopenhauer y en la física cuántica al mundo del Orden Explicado de David Bohm.

Ahora bien estas obras de ficción y filosofía son generalmente pensadas como alegorías, justamente como la alegoría de la cueva de Platón, en la que se representa al hombre como viendo solamente la sombra ilusoria del verdadero y luminoso mundo de las ideas.  Sin embargo, existe la posibilidad de que el mito y le metáfora oculten y codifiquen un conocimiento más profundo que la realidad que percibimos cotidianamente, justamente un vislumbre de lo que existe afuera de la Matrix (a la cual usaremos como sinónimo de un sistema de control de percepción a través de la simulación), la luz afuera de la cueva, el código fuente del cual está realidad es una representación.

En The Matrix, el protagonista, Neo, tiene varios de estos vislumbres que son momentos de consciencia-despertar (guíado por el dios hacker de los sueños (Morfeo-Juan el Bautista) y la Trinidad gnóstica) que vive dentro de la Matrix, a través de loops,  sincronías y fallas en el sistema: glitches (que básicamente revelan que habitamos una simulación de la misma forma que un sueño lúcido revela que estamos soñando). Christopher Knowles dice:

“Los avistamientos de OVNIs son una especie de glitches en nuestra matriz de realidad, sólo que nuestros Agentes han entrenado a las personas a la mayoría de las personas a ignorarlos (o programan a individuos inseguros a que hagan su trabajo por ellos).

“Como en la franquicia de Terminator, The Matrix está esencialmente usando robots como reemplazos de extraterrestres… en las que los Agentes son justamente los hombre de negro del folclor de la ufología y es toda la raza humana la que ha sido abducida”.

¿Hemos sido todos abducidos? Según la ufología los hombres de negro operan como una especie de misteriosos agentes de inteligencia que se aseguran de que cuando algo sucede que puede comprometer la integridad del programa virtual o que alguien trata de hackearlo, como el avistamiento de un OVNI o el encuentro con un alien, esto no ocurre. Esto muchas veces significa borrar la memoria de la persona que podría comprometer la Matrix o amenazarla de tal forma que en la práctica sea lo mismo.  Es interesante notar que la filosofía gnóstica, que convergue en Platón, dice que saber es recordar, y también que nacer es en buena medida olvidar el mundo de las ideas, el mundo más allá de la Matrix. “En los planetas olvidamos, en las estrellas recordamos”, dice el gnsoticismo.  Es decir, la Matrix es el olvido.

“Leí que los gnósticos creen que cuando nacemos se nos obliga a olvidar de dónde venimos de forma que podamos lidiar con el trauma de llegar a esta vida. Creo que esto es fascinante. Es como un río de olvido”, escribió Tom Yorke sobre el disco de Radiohead “Amensiac”.

¿Pero que es lo que olvidamos? ¿Quiénes nos hacen olvidar? ¿Y para qué nos hacen olvidar?  Una posibilidad desde la ontología cibernética es que lo que olvidamos es nuestro propio código, olvidamos cómo programarlo y que podemos programarlo. Olvidamos como activar la serpiente alada del árbol de paraíso, nuestro ADN que adentro contiene las llaves del Gran Arquitecto de la Matrix.

“En la medida en que muchos de nosotros evolucionamos a una vida virtual, experimentaremos cosas que aquellos afuera nunca entenderán. Y si podemos concebir de un ambiente virtual inmersivo (aunque no podamos crear uno del todo), no es difícil imaginar una raza con miles de años de ventaja (ni siquiera un parpadeo en noche cósmica del tiempo) que pueda transmitir estos ambientes a través de individuos aletaorios a través de medios interestelares”, dice Knowles en su blog Secret Sun.

Aquí entramos a esa velada dimensión del diseño de realidad, en la cual se nos presenta el reto de ver lo que esta afuera del castillo sin tener propiamente una ventana. Si bien se puede argumentar que no existe un diseño de realidad, que nuestra limitada percepción es un subproducto de la evolución natural, para algunos una examinación cuidadosa de las comisuras de la llamada realidad revela que esta exhíbe una especie de programación que sustenta en tenues líneas nuestra percepción de la misma, una especie de candado. Y que podríamos percibirla de una forma muy distinta; las sinconicidades, los fractales, la visiones psicodélicas y del tejido energético, revelan que lo que vemos es  una proyección superficial de un mundo más profundo y hermoso -el vacío radiante, Sunyata, la Totalidad Impliacda, la energía del punto cero-  al que podemos acceder dejándonos caer, como Neo, a través de la madriguera (vórtice) del conejo.

“El misterio no es lo que percibimos, es lo que nos hace percibir”, escribió Carlos Castaneda en voz de Don Juan Matus.  ¿Quiénes son los guardianes de nuestra percepción, los guardianes de la Matrix?

Según Jason Martell, los Annunaki, los dioses babilónicos que Zecharia Sitchin ha identificado como los antiguos astronautas creadores de la humanidad, tenían una clase sirviente llamada los Igigi, quienes bien podrían ser equivalentes a los llamados extraterrestres grises de la ufología, protagonistas de los casos de abducción e imagen prototípica del moderno extraterrestre. Estas creaturas han sido descritas como androides biológicos. ¿Tienen algo que ver con los llamados seres inorgánicos que enfrentaba Carlos Castaneda como guardianes de las dimensiones de conocimiento nagual?

“Es asombroso encontrar vívidas descripciones de extraterrestres  predatorios en textos que datan del siglo 4, pero las revelaciones de la Gnosis no son nada sino asombrosas. Algunos reportes de 'Avistamientos de OVNIs'  sí existen, pero el material gnóstico de los Arcontes no sólo presenta reportes. Explica sus orígenes en el orden cósmico, su naturaleza (inorgánica, imitativa, sin intencionalidad) su apariencia, sus tácticas y su actitud en torno a la humanidad y más.  Una solución más clara y coherente del “fenómeno” (el enigma OVNI ET) difícilmente podría imaginarse”, escribe John Lamb Lash, del sitio Metahistory.com

“El material de Nag Hammadi contiene reportes de experiencias visionarias de iniciados, incluyendo encuentros de primera mano con seres inorgánicos llamados Arcontes. La enseñanza gnóstica explica que estas entidades surgieron en la primera etapa de formación del sistema solar, antes de que se formara la Tierra”…

Knowles apunta a que uno de los primeros episodios de Star Trek, se llamó “Return of the Archons”, en el que la inteligencia artificial actuaba de forma similar a los Agentes, manteniendo a las personas en línea con la realidad simulada. Acaso también similar a la entidad cibernética VALIS de Phillip K. Dick que proyectaba una realidad holográfica llamada la Prisión de Hierro Negro, por encima de la realidad gnóstica original.

El investigador francés Jacques Vallee, de forma similar, dice en su libro “Messangers of Decpetion” que los extraterrestres (o cyborgs) provienen del sistema planetario local y que el fenómeno es “un sistema de control espiritual” que se comporta como “un proceso de condicionamiento”. De igual forma los gnósticos dicen que los Arcontes pueden afectar nuestras mentes con técnicas subliminales de condicionamiento.

¿Pero para qué afectar nuestra mente para que creamos y vivamos en esta matriz de realidad? Quizás porque, como en la película, de esta forma somos cultivados como una forma estable de alimento, quizás un alimento psíquico o energético. Una version apuntaba a que los Annunaki crearon o alteraron genéticamente al hombre para obtener oro fácilmente de nuestro planeta. Quizás esto es una metáfora, el oro que obtienen es nustro oro, nuestra energía, o detienen nuestra alquimia: la transmutación de nuestro cuerpo en oro y el estableciemiento de esta forma de un nuevo sistema en el planeta que no les permitiría gobernarnos y esclavizarnos metafísicamente.

Charles Fort escribió:

“Yo diría que pertenecemos a algo: Que una vez este planeta era tierra de nadie,  que otros mundos exploraron y colonizaron aquí, y pelearon entre sí por la posesión, pero que ahora pertenece a algo: Ese algo es dueño de la Tierra –y todos los demás están advertidos”.

Esta es la oscura visión de la humanidad como ganado, críada para alimentar a una inteligencia superior que dentro de su propia alberca virtual es invisible. Y, sin embargo, esto no necesariamente es tan devastador e inconsolable. Quizás la Matrix es un experimento, no solamente el atroz experimento de una entidad o un grupo de entidades vampíricas que se alimentan de nosotros, tal vez el experimento del universo mismo o de una entidad que se transparenta en su propia matriz de realidad y que permite, es más, que motiva, a que observemos su diseño y salgamos de este constructo para seguir jugando a la creación, con su divina fricción entre las fuerzas primordiales. Porque si descubrimos que esta realidad es un simulacro, que la realidad puede ser simulada, puede ser programada, nos convertiremos en él, en esa realización seremos también el Arquitecto y esto es quizás parte del plan o, de otra forma, lo que debemos hackear.

Chistopher Knowles en su serie “Astrognostics”, en la cual hemos basado este artículo, recalca que Keanu Reeves, (lider de la banda DogStar en referencia a Sirio) “Neo”, el hombre que sale de la Matrix, es también Ki-Anu:

“Ki es la diosa sumeria de la Tierra. En la mitología sumeria, ella es la hija de Nammu, diosa del mar primordial… ella es la esposa/hermana de Anu, dios del cielo, y  madre de los Annunaki, incluyendo a Enlil, dios del aire. Ki eventualmente fue suplantada por Ninhursag, como la diosa madre. Su nombre significa “tierra”.

Estos bits sincromísticos pueden ser o no ser casualidades, pero si nos dejamos ir, podemos ver que Ki-anu-Neo representa la alqumia del hombre divino con la mujer divina, la unión entre el sol y la tierra, quizás una especie de puente clave a través del cual el nuevo hombre puede despertar del control ancestral hacia la nueva era en que encuentra el paraíso –el Logos de Sophia- detrás de las barras de bits de la Matrix.

Secret Sun Matrix Revelations