Laa legislaciones que rigen el consumo de porno en la red alrededor del mundo son altamente contrastantes entre si. Por un lado podemos observar que en buena parte de Asia, Medio Oriente, y África, esta actividad es castigada por las leyes locales, mientras que en América del Norte, Europa, y buena parte de América del Sur si está permitida. Pero también tenemos algunas aversiones como grupos de sicarios clandestinos en Irak, que castigan el consumo de porno digital con la muerte, o el paradójico pudor de las leyes japonesas que no permiten mostrar el vello púbico pero a la vez es un país que alberga algunas de las prácticas sexuales más extravagantes. Finalmente tenemos a Estados Unidos, país en donde aproximadamente el 25% de los habitantes cuenta con una suscripción a algún servicio pornográfico en internet.
