Es muy probable que la computadora con la que lees esta nota contenga un condensador fabricado con coltán del Congo, un mineral que sirve para fondear una sangrienta guerra que ha instituido la violación de miles de mujeres como una estrategia bélica.
Se calcula que desde la caída en 1997 del dictador Mobutu Sese Seko han muerto más de 5 millones de personas y cerca de 300 mil mujeres han sido violadas en la República Democrática del Congo. A principios de agosto elementos militares sometieron una población y realizaron una violación masiva de 197 mujeres por cuatro día seguidos. Las violaciones son usadas como un táctica de guerra destinada a desmoralizar a los hombres cuyas hijas y esposas son violadas, algo que se ha usado tradicional y cruelmente en la estrategia military. La mayoría de las violaciones se dan en zonas cercanas a minas de coltán, donde existe un conflicto entre rebeldes militares por extarer este valioso compuesto mineral y traficarlo.
Cerca del 80% del coltán del mundo se encuentra en el Congo. Este mineral se convierte en tantalita al refinarse. Como polvo puede sostener una alta carga eléctrica lo que lo hace ideal para hacer un condensador que controla la corriente dentro de circuitos miniatura. Casi todos los teléfonos celulares, consolas de video, cámaras digitales, computadoras y en general cualquier aparato electrónico moderno contiene coltán.
Aunque existen sanciones internacionales para evitar que se utilice el coltán ilegal del Congo (ve aquí la propuesta para una nueva legislación), estas son insuficientes y en muchos casos el coltán del Congo se lleva a Australia, donde están el 5% de las reservas mundialse de coltán y se vende desde ahí. Aunque Sony sostiene que no utilizó coltán del Congo para fabricar sus Playstations 2, es prácticamente imposible que no lo haya hecho. El coltán se ha convertido en una nueva y recargada versión de los diamantes de sangre.
Paradójicamente el principal culpable de la violencia sexual son las fuerzas armadas, las cuales fueron reorganizadas en 2006 a raíz de la victoria política de Joseph Kabila. El ejército de ese país se creó a raíz de la integración de diferentes grupos armados, sin embargo, una pobre justicia militar, un ejercito mal organizado, sin líneas de comando establecidas, sin liderazgo, con soldados mal entrenados que viven bajo condiciones de vida deplorables, hacen muy difícil la lucha contra la violencia sexual en el centro de África.
El holocausto sexual en la RDC, no surge del vació. La historia política de la RDC es similar a la de muchas naciones en el corazón de África, una historia de colonialismo, esclavitud, miseria, corrupción, dictadura y guerra. Como el mayor de los absurdos, la RDC fue considerada propiedad privada del rey Leopoldo II de Bélgica y fue administrado privadamente por él hasta su fallecimiento en 1908, año en que el territorio fue cedido a Bélgica.
Bajo la tiranía del rey Leopoldo II esta nación del África profunda fue objeto de la brutalidad y la explotación de sus riquezas naturales como el marfil y el caucho. La población trabajaba en condiciones de esclavitud y para ello la administración colonial instauró un régimen de terror. Una práctica común de las autoridades belgas en esta región era la amputación de los miembros de quienes se oponían al pago de cuotas definidas de caucho.
La RDC obtuvo su independencia en 1960, no sin vivir años de inestabilidad política. En 1960, Patricio Lumumba ganó las primeras elecciones libres del país. Lumumba se enfrentó a los intereses belgas que deseaban seguir controlando la riqueza minera del país y se acerco la esfera soviética, la consecuencia fue la intervención directa de agentes del gobierno belga y la CIA en los asunto internos del país y con ello el derrocamiento de Lumumba. En 1965 el Coronel Joseph Mobutu tomó el poder violentamente, se cambió el nombre por el de Mobutu Sese Seko y con el suyo también el del país: Zaire. Mobutu gobernó 32 años y fue acusado de violaciones a los derechos humanos y corrupción. En 1984 se dijo que Mobutu poseía cuatro mil millones de dólares en una de las naciones más pobres del planeta.
A mediados de la década de 1990 la situación empeoró radicalmente. El genocidio ruandés provocó una avalancha de refugiados que huían de la guerra reinante en Ruanda y Burundi. La incapacidad de Mobutu de manejar esta crisis, acompañado de la pérdida de apoyo por parte de occidente, permitió a sus opositores iniciar una gran campaña en su contra que terminó con su huida y la proclamación por parte del líder rebelde Laurent-Désiré Kabila de la "República Democrática del Congo" en mayo de 1997. Pero los aliados de Kabila pronto se volcaron en su contra y su régimen fue desafiado por una rebelión apoyada por Ruanda y Uganda en agosto de 1998. Tropas de Zimbabwe, Angola, Namibia, Chad y Sudán intervinieron para apoyar al nuevo régimen en Kinshasa, iniciándose una devastadora guerra en la que alrededor de cuatro millones de persona perdieron la vida.
Un cese al fuego fue declarado en 1999; Kabila fue asesinado en enero de 2001 y su hijo Joseph Kabila fue nombrado Jefe de estado. El nuevo presidente rápidamente comenzó negociaciones para finalizar la guerra y se firmó el Acuerdo de Pretoria, en Sudáfrica, en 2002. A fines de 2003 se instauró un gobierno de transición y Kabila nombró cuatro vicepresidentes, dos de los cuales han luchado para expulsarlo desde julio de 2003. Como resultado de las pugnas internas una gran parte del este del país es muy insegura por la continua actividad militar, zonas en las cuales la violación es una de las armas más poderosas para desmoralizar a la población civil.
La actividad militar en la RDC esta fundamentalmente financiada por los ingresos que generan la extracción ilegal de minerales como el coltán, convirtiendo esta posible riqueza en una pesadailla para la gente de la zona.