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El arquitecto Andrew Berman construye el estudio de los sueños para una escritora en el bosque de Long Island.

La búsqueda de un espacio sosegado, amalgamado con la naturaleza, para el trabajo mental, siempre ha llevado a los escritores fuera de la civilización. Algunos han explorado las montañas, como Lord Byron en los Alpes o  Jack Kerouac en las desoladas montañas de Oregon, un  altivo espejo de los pensamientos elevados; otros como Emerson y Thoreau se han refugiado en el bosque, encontrando en la naturaleza el símbolo del espíritu.

Bajo esta tradición una escritora anónima conmisionó al arquitecto Andrew Berman para que le construyerá un estudio en el bosque de Long Island. Berman tuvo la idea de crear un lugar que pareciera estar flotando en un mar de follaje. ¿Con un presupuesto ilimitado, que tipo de librería construirías?

Los retiros a escribir también están bañados de sangre dentro de la imaginaria, más allá de ese despejado cielo azul. Aunque en la ficción, indeleble del espacio mnemónico, esa casa en el bosque llamada Edén,en la película Anticristo de Lars Von Trier, donde el aislamiento se convierte para una mujer en la posesión diabólica de la naturaleza. O la película  "El Resplandor", donde Jack Nicholson entra en un laberinto espectral anegado de sangre.