Soñar es una especie de arte bioquímico del cual todos los humanos estamos dotados. La recreación de realidades paralelas, el repaso de experiencias que oscilan entre nuestro pasado y nuestro futuro y la proyección de escenarios que denotan la conciencia más allá del individuo, son solo algunas de las mieles de la práctica onírica. Pero además existen diversos estudios que comprueban beneficios concretos del soñar para nuestro cerebro. Múltiples habilidades cognitivas y sensoriales pueden afinarse, o incluso generarse desde cero, a través de los sueños.
Pijama Surf está conformado por editores que gustan de la onironaútica, una relajada disciplina que consiste en buscar, intencionadamente, la navegación consciente de los sueños con el fin de recavar información sensible que nos permita ser mejores personas y expandir el pulso de nuestra conciencia compartida. Por ello disfrutamos compartir contigo notas como esta y presentarte cinco beneficios específicos (entre los miles que hay) que han sido científicamente comprobados y que postulan a los sueños como un importante estímulo cognitivo y psicoconductual.
De acuerdo con el investigador Robert Stickgold, los sueños contribuyen a la consolidación de la memoria y el aprendizaje y son uno de los principales recursos de los que nuestra mente dispone para integrar y procesar nueva información.
Los sueños ayudan a disipar el estrés que ataca la mente de una persona. De acuerdo con la profesora Rosalind Cartwright, de la Rush University, soñar es “casi como tener un terapeuta interno porque asocias tus sueños a sentimientos similares que hayas experimentado previamente y trabajas con la emoción relacionada a ellos para que sea procesada en la mañana".
La teoría de la estimulación de amenazas de Antti Revonsuo afirma que los sueños proyectan escenarios amenazantes para que cuando una persona los enfrenta en “la vida real” de algún modo esté familiarizado con las sensaciones que estos escenarios le imponen, lo cual se traduce en una reacción mucho más acertada frente a estos eventos.
Los sueños pueden servir para hackear las respuestas a añejos problemas matemáticos y sugerir la solución frente a retos profesionales significativos. Como ejemplos célebres están los casos de Paul McCartney —a quien se le apareció la letra y melodía de la canción Yesterday durante un sueño en 1965— y el campeón golfista Jack Nicklaus —que durante un sueño encontró la manera de romper el peor bache de su carrera.
El investigador Mohkamsing-den Boer estudió a tribus indígenas de Surinam y confirmó que utilizan los sueños como preparativo para tomar decisiones complejas, así como para familiarizarse con cambios importantes en sus vidas como la muerte de un ser querido.
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