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En la actualidad resulta más importante estar interconectado a traves de internet que tener una casa; un vagabundo en Paris lo sabe y por eso tiene su iPad

"Soy vagabundo y no tengo casa, muy vagabundo, estoy sucio y todo lo que implica ser un vagabundo, pero tengo un iPad y una laptop MSI Wind u130. Estas son para mi herramientas esenciales, hoy en día no tener una casa no es gran cosa pero tener una conexión con el resto del mundo es fundamental." Así se expresa en un mail enviado al blog Gizmodo un vagabundo que leyó el post publicado en este sitio hace unos días y titulado "Vagabonds using Notebooks".

Soy un vagabundo por elección, regalé y vendi todas mis cosas en Los Ángeles para moverme a Paris. Mi visa de turista ya expiró. Y obviamente no estoy autorizado para estar aquí, pero aún trabajo cuando quiera, y vivo la vida de Riley. Pero cuando necesito conectarme con alguien..., es dificil trabajar sin el Wi-Fi de McDonalds. Además, la laptop y el iPad me sirven para otras cosas. Frecuentemente son DJ en algunas fiestas con el iPad, y uso la laptop para trabajar en mi libro desde un parque, o para hacer llamadas por Skype, Google Voice, navegar algunos sitios y descargar aplicaciones para mi iPad. No he pagado por una llamada internacional en más de seis meses. Los Ads de Google me dejan algo de dinero, y trabajo como escritor freelance en la red, gracias a esto nunca tengo que pasar hambre. Sin la laptop, esto no sería posible.

Este inspirador caso nos recuerda, en una versión más urbana y menos mística, al dharma blogger, quien vive sin nada más allá de plantas y frutas que encuentra en la montaña, y ocasionalmente desciende a una librería pública para actualizar su blog. ¿Pero acaso personas como ellos nos estarán mostrando como será el estilo de vida en un futuro cercano? ¿Con un total desapego a las pertenencias materiales mientras tengamos a nuestra disposición herramientas para seguir conectados a la mente colectiva? ¿En que momento se convirtió en algo más relevante para la vida diaria un iPad que una casa?

Más allá de las respuestas a estas interrogantes, lo cierto es que nos espera un futuro aún más conectado, con la libertad física que ello podría implicar, y a juzgar por el rumbo del sistema financiero, seguramente deberemos ir trabajando nuestro desapego a las pertenencias materiales y apostar todo a la conectividad.

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