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La transformación de hábitos alimenticios es una de los recursos más efectivos que tenemos para apoyar la conservación del medio ambiente; investigador holandés te invita a comer insectos en lugar de carne para matizar el desgaste de los recursos planetarios.

Arnold van Huis es un entomólogo e investigador de la Wageningen University en Holanda,  convencido de que uno de los planes más efectivos para combatir el calentamiento global, en cuanto a hábitos de la sociedad contemporánea se refiere, es el rubro de la dieta. De acuerdo con van Huis si las personas adoptáramos masivamente y en conjunto una dieta basada en insectos, esto ayudaría significativamente a matizar el fenómeno del cambio climático provocado por un calentamiento natural que quizá se trate simplemente de un ciclo natural del planeta, pero que sin duda está alterando los patrones climáticos a los que estábamos históricamente acostumbrados.

Según datos publicados por el diario ingles The Guardian, el 20% de las emisiones de gases invernadero en la Tierra está ligado a la cría de vacas, ovejas, y cerdos en las granjas. Resulta que estos animales, cuya población ha crecido proporcionalmente a la del ser humano y a su dependencia dietética de sus productos derivados, liberan enromes cantidades de gas metano en forma de gases intestinales. En especial en el caso de las reses, el gas que emiten es 23 veces más tóxico para la atmósfera que el dióxido de carbono.

“Hay una crísis alrededor de la carne. La población mundial ha superado ya los 6 mil millones de personas y para 2050 seremos 9 mil millones. También sabemos que la gente cada vez consume más carne. Hace veinte años el promedio era 20 kilogramos al año, ahora es 50 y en veinte años serán 80 kilos de carne. Si continuamos así necesitaremos otro planeta solo para cultivar estos animales”, afirma van Huis.

En cambio, los insectos producen 300 veces menos óxido nitroso, lo cual se traduce en un nivel mucho menor de contaminantes liberados. Actualmente en el 80% de los países cierta parte de sus habitantes consume de manera regular al menos un tipo de insecto. “Buena parte del mundo ya se alimenta de insectos. Solo que en Occidente no lo hacemos, tenemos un extraño problema psicológico con esta práctica”, concluye von Huis.

Y aunque para muchas personas esta propuesta podría parecer un tanto estrambótica, lo cierto es posee argumentos sólidos y, en efecto, podría ser parte de la solución frente al calentamiento global. Incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) está considerando formalmente esta propuesta para adoptarse pronto, privilegiando la dieta de insectos sobre el consumo de carne.

Nota cortesía de Ecoosfera