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Otros conflcitos armados y otras vidas perdidas reciben atención de los medios, pero la guerra de la comunidad Triqui es ignorada.

 

En San Juan Copala, centro de la comunidad Triqui, se escenifica una guerra que ya cuesta muchas vidas. Tres grupos políticos y político-militares se pelean, se disputan, desde hace muchos años, el control político y económico de la región en la que están asentados los indígenas Triquis.

El Movimiento de Unificación de Lucha Triqui (MULT) fue la primera organización que se formó para defenderse de los caciques locales y para proporcionarse una estructura organizativa de las artesanas para la producción de vestidos. Los caciques de San Juan Copala, reaccionaron creando la Unión de Bienestar  Social de la Región Triqui, organización paramilitar, conformada por los caciques priístas y el MULT independiente, que pretende la democratización de la comunidad.

En abril pasado, un grupo de activistas realizó una caravana en apoyo a la comunidad Triqui en San Juan Copala, que se encontraba amenazada de ser desplazada de la Delegación Municipal, violentamente por la UBISORT. La caravana fue atacada por paramilitares de la UBISORT, en la que murió Jiry Jaakkola, oriundo de Finlandia y a una dirigente Triqui. Y nadie hizo nada.

Hace unos días, escuché una entrevista en Radio Universidad con miembros del MULT, que advirtieron que los dirigentes de esa organización corrían riesgo de muerte. Y el día 22 de octubre, Heriberto Pazos, líder y fundador del MULT, fue asesinado en la ciudad de Oaxaca. Esta persona se encontraba en silla de ruedas por las lesiones que sufrió por un atentado a finales de los 90.

Existen conflictos armados en otros lugares del planeta, que reciben gran atención de los medios y de organismos de derechos humanos internacionales, que no tiene el grado de violencia de la guerra Triqui. Porque parece que en México, el problema de los Triquis, no es del conocimiento de la Federación

Los artículo 40 y 41 constitucionales establecen la relación de la Federación con los estados. Si se cumplieran las disposiciones constitucionales, el gobierno Federal debió intervenir.

¡Claro que la violencia represiva de los paramilitares de San Juan Copala, tiene una relación directa con el gobierno del estado de Oaxaca, que como todos sabemos, está en los últimos estertores por la derrota de Ulises  Ruíz, que por fin va a caer, y que durante toda su administración, apoyó a la UBISORT!

Pero la actitud pasiva del gobierno federal, sólo se puede explicar por su consentimiento, tolerancia y complicidad con el gobierno estatal y los paramilitares, con tal de impedir el proceso de autogestión democrática del pueblo Triqui.

La ausencia intencional del gobierno federal para intervenir en una solución pacífica y justa de la confrontación de la comunidad indígena Triqui, es también la evasión de su responsabilidad de impedir que se contravengan las estipulaciones del Pacto Federal, consignadas en los artículos 40 y 41 constitucionales.

La lista de muertos crece, en esta otra guerra, de otros mexicanos a principios del siglo XXI.

La bachicha

Sarkozy quiere prolongar 2 años más la explotación de los obreros franceses y me temo que tiene mayoría en la asamblea. Pero los franceses están en la calle. Vivre la greve, le future est inconú.