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El artista callejero más famoso del mundo dirige la introducción de Los Simpson en una genial y oscura (auto)crítica a los medios de producción industrial

El elusivo Banksy es ya un pop star. Con una premiada película en su début como director y ahora dirigiendo (y dibujando el storyboard) la famosa introducción del icónico show de Los Simpsons, este grafittero británico, aunque desde el anonimato y desde la sombra, es parte importante del arte popular de nuestros días. En su intro al programa, el loop característico tiene una serie de variaciones, como el guiño a sí mismo, diciendo, en el pizarrón del castigo "no debo de escribir en las paredes". Y luego un escape oscuramente onírico a un inframundo donde se producen Los Simpsons. Una clara crítica a los medios de producción serializada, a las condiciones infrahumanas y probablemente a la manipulación mediática, incluso en programas que supuestamente critican a los medios, como Los Simpsons. En este loop autorreferencial, Banksy, también corsario anti-copyright, usa a Los Simpsons para criticar a Los Simpsons (en una fábrica en una cueva estilo Mordor, donde se ven a lo Simpsons, mientras se hacen a Los Simpsons y se producen muñecos y parafernalia de Los Simpsons).