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Psicoterapia al desnudo: trascendiendo la inhibición para sanar la psique

Salud

Por: Luis Alberto Hara - 09/26/2010

La terapia psicológica entre pacientes y terapeutas desnudos, realizando ejercicios orientados a superar traumas sexuales, es una de las disciplinas más poderosas para sanar la psique, aunque también una que fácilmente puede acabar mal.

Desnudos en el diván o desnudos como la divinidad en la piscina, hablando de los traumas sexuales, mirando el ano de tu compañero o su genitalia como un vórtice de reconciliación con la naturaleza libre. Grosso modo en esto consiste la psicoterapia sexual, que más allá de su esfera lúdica —para algunos de morbo— plantea un acercamiento sumamente interesante para superar los escollos de la psique y las represiones que bloquean no solo la expresión emocional, sino también la energía física que se ve obstaculizada por improntas sexuales.

La psicoterapia desnuda fue desarrollada en los sesentas por el Dr. Paul Bindrim con el fin de probar la inquietud del famoso psicólogo de la autorrealización Abraham Maslow, quien había planteado la pregunta de si la desnudez haría a una persona en terapia "más libre, más espontánea y menos blindada”. Bindrim creía que la desnudez física era un portal hacia la desnudez psíquica y hacia revelar la identidad verdadera o al menos un proceso para facilitar la revelación del ser auténtico.

El proceso de Bindrim empleaba técnicas de encuentros en grupo. Los participantes eran invitados a verse a los ojos de cerca y responder de una forma física (abrazándose, luchando, etc.). Después de esta manera de romper el hielo, los participantes se desvestían acompañados de música para luego unirse en un mantra con la idea de “sentirse parte de una sola masa humana”.

Las sesiones incluían juegos de rol recordando experiencias traumáticas y ejercicios de tocarse en la piscina. El ejericio más llamativo era el llamado “crotch eyeballing” (mirarse los genitales), diseñado para erradicar la culpa y la inseguridad del cuerpo. En algunas ocasiones los participantes discutían sus experiencias sexuales mientras se miraban el sexo en un círculo con las piernas al aire.

Lamentablemente la psicoterapia desnuda no recibió mucho eco y el Dr. Bindrim fue cuestionado éticamente y aparentemente entró en un delirio en el que sostenía que su terapia podía curar cualquier cosa, incluyendo la artritis. Bindrim transformó su terapia en un sistema “aqua-energético” y murió hace unos años en el olvido. Sin embargo, más allá de la atracción hippie, los principios en los que se basa la psicoterapia son sólidos, aunque corre el riesgo de pervertirse (o sublimarse) hacia una especie de culto sexual poligámico si no se lleva un régimen lo suficientemente estricto.

Los editores de Pijama Surf hacemos retiros los últimos domingos del mes en los que realizamos terapia desnudos para purificar nuestro cuerpo digital ante los cielos de Anáhuac, tomamos té chai, chateamos y sometemos nuestros genitales al análisis de un círculo de hadas de etéreo linaje.

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