El periodista John Anderson era el WikiLeaks de su época, publicando los secretos politicos de Estados Unidos, incluso metiéndose en las preferencias sexuales de algunos funcionarios destacados. El presidente Richadr Nixon, cuya relación con los medios no fue la mejor ni mucho menos, estaba obsesionado con este periodista, al punto de que planeó matarlo con la ayuda de la CIA.
El nuevo libro “Poisoning the Press: Richard Nixon, Jack Anderson and the Rise of Washington’s Scandal Culture,” del investigador Mark Feldstein, relata, básandose en documentos de los archivos de la nación, como “Dick” Nixon se reunió con los “plomeros” de la Casa Blanca Howard Hunt y Gordon Libby (Libby fue el agente que arrestó a Timothy Leary), para deshacerse de Anderson. En una reunión se discutió la posibilidad de envenenarlo plantando un veneno especial en su gabinete de medicinas o llenando el volante de su auto con una dosis masiva de LSD “para que lo absorviera en su piel mientras conducía y muriera en un accidente provocado por las alucinaciones”.
Este rídiculo plan de asesinato revela la idea exagaerada que tenía Nixon del LSD (para el presidente Nixon, según declaró, Tim Leary era el hombre más peligroso de Estados Unidos). O tal vez muestra que ese tipo de asesinatos eran comunes para la CIA.
Los planes del presidente Nixon para los “plomeros” se desvíaron a una cuestión más apremiante, entrar al cuartel de la Convención Demócrata en el Hotel Watergate. Algo que le costaría a Nixon su empleo, a las manos de otros periodistas.
Recientement otro periodista reveló como la CIA dosificó a todo un pueblo en Francia con LSD a través del pan como parte de sus experimentos de control mental.
Vía MSNBC