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Una elegante selección de imágenes en blanco y negro registran las más sensuales fotografías de Saturno durante este verano.

Saturno se caracteriza por ser un planeta introvertido, elegante y liviano, casi fantasmagórico. Es miembro, junto con Júpiter, Urano y Neptuno, del grupo de planetas conocidos como los “gigantes de gas”. Su linaje mitológico se remonta al dios romano homónimo, el Cronos de los griegos, Shani en la mitología Hindú y el dios Ninurta para los babilonios.

Internamente, su constitución física se integra por un núcleo de hierro, níquel, silicón y compuestos de oxígeno, mezcla protegida por capas de hidrógeno metálico y helio líquido. Finalmente lo cubre un gigantesco manto de gas. El campo magnético de Saturno se origina, precisamente, de las corrientes eléctricas que surfean y se reavivan a través del hidrógeno metálico.

Los paisajes saturnales configuran atmósferas que son moldeadas por los vientos que alcanzan intempestivas velocidades, superando los 1,800 km/h. La masa central de Saturno está rodeada de nueve anillos concéntricos, compuestos de hielo, roca y polvo, y su extravagante personalidad la flanquean 62 lunas, haciendo de este el planeta consentido de la señoritas lunares.

Janus —arriba— y Rhea —abajo— son dos de las 62 lunas que merodean en torno a Saturno.

Impregnado de ráfagas de viento y tormentas eléctricas, su atmósfera está compuesta de una fusión de hidrógeno con pequeñas cantidades de helio y metano. Saturno es el único planeta de nuestro sistema solar cuya densidad es menor al agua (en más de un 30%).

Encélado, tal vez la luna más coqueta de Saturno, muestra una textura tatuada provocada por las regiones de actividad geológica. Es uno de los cuatro cuerpos en nuestro sistema solar donde se han registrado erupciones volcánicas. Debajo de su capa de hielo hay un oceáno líquido, lo cual favorece la posibilidad de que albergue algún tipo de forma viviente.

Las ondas que se dibujan en sus anillos son provocadas por la interacción de las fuerzas que irradian sus lunas. Por ejemplo, la influencia de la luna Daphnis provoca que uno de sus extremos, el exterior, orbite con mayor velocidad que el extremo interno, y precisamente de este desfase surge la poesía dinámica de los anillos saturnales.

Una imagen de la luna Encélado emitiendo hielo y otros gases hacia la atmósfera desde su polo sur, un proceso conocido como criovulcanismo. El Sol, ubicado al otro lado de la luna, permite que los fragmentos de hielo se iluminen, sintonizando un patrón de puntos luminosos.

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Twitter del autor: @ParadoxeParadis

 

Imágenes del NASA/JPL/Space Science Institute