Google y Verizon se unen para acabar con el internet como lo conocemos
Medios y Tecnología
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 08/05/2010
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 08/05/2010
El principio tácito que hace al Internet el medio más democrático y más estimulante: la neutralidad de la red (net neutrality) está seriamente en juego. Google y Verizon anunciaran este lunes un acuerdo que según el New York Times "permitiría a Verizon incrementar la velocidad de cierto contenido en línea a sus usuarios si los creadores del contenido están dispuestos a pagar ese privilegio". Según Bloomberg, Verizon podría incluso selectivamente disminuir la velocidad de contenidos que viajan a través de sus cables sólo en el caso de los teléfonos
Verizon es la proveedora más grande internet en Estados Unidos, un enorme conglomerado de medios también dueño de MTV, entre otros; Google pagaría (o negociaría con Verizon, cuyos teléfonos llevan el sistema operativo de Google Android para que sus sitios reciban este trato privilegiado (YouTube, Maps, Labs, etc.). Para decirlo en pocas palabras, una movida así podría acabar dividiendo el internet, de forma similar a como otros medios están dominados por oligopolios que hacen practicamente imposible que un medio independiente alcance a un público masivo y se pueda sostener económicamente sin comprometer su agenda.
Desde sus comienzos el internet se destacó por ser un campo de juego en el que las reglas que movían el contenido eran las mismas, fuera CNN o el blog de tu tío, no había diferencia en la velocidad con la que se transmitía la información (más allá de que algunos sitios pueden pesar más que otros). Esto podría estar llegando a su fin, luego de que la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos no ha podido manifestar su autoridad por sobre las corporaciones, al tiempo que Obama, quien había prometido preservar la neutralidad de la red permanece en silencio. La decision de la corte dice que la comisión (FCC, por sus siglas en inglés) carece de la autoridad para requerir que un proveedor de Internet no disminuya la velocidad de algún contenido o aplicación y hasta bloquearlo. ¿Si esta comisión no tiene la autoridad, quién la tiene? Pues las mismas corporaciones que, en este capitalismo, son más poderosas que el gobierno.
Compañías como Comcast, AT&T y Verizon (y ahora Google, que antes se oponía a esta discriminación en el manejo del ancho de banda) podrían empezar a manejar el internet como se maneja la televisión por cable, escogiendo que canales pasan. Esto es más grave aún cuando en un futuro probablemente todos los servicios: TV, radio, teléfono, etc, serán transmitidos vía una conexión a internet. Lo cual acaba con el potencial revolucionario de romper con estos oligopolios también, con que compañías independientes se conviertan en televisoras o radiodifusoras. Así que evidentemente el Big Media se está protegiéndose al dividir la red. De la misma forma que los bancos de Wall Street legislan y luego estallan burbujas impunemente, las compañías de medios se están asegurando la hegemonía: todo el pastel.
Para los que piensan que esto solo afectará Estados Unidos, hay que recordar que el pasado mes se reunieron en Sun Valley, los CEOs de las compañías importantes de medios y tech, los CEOs de Google, Facebook, Verizon, etc., pero también estuvo ahí Emio Azcarraga de Televisa y muchos otros media moguls. No hay duda que este tipo de prospectos y acuerdos se discuten en estas juntas. En el caso de México, donde dos personas controlan el acceso a Internet, Slim, de Telmex, y Azcarraga, de Televisa, cuanto timepo tardaría para que Google, Microsoft y otras empresas lleguen un trato con estos latifundistas del espacio de las comunicaciones, o que ellos mismos aumenten la velocidad de sus sitios para acabar con la libre competencia, competencia que, aunque pequeña, además se atreve a criticarlos; para callarlos: ralentizarlos. Si en Estados Unidos, el Congreso no puede detener a esas corporaciones, por qué debemos de creer que el débil aparato legislativo mexiano podrá soportar la poderosa y multimillonaria presión de los grandes medios.
Lo que está en juego con la neutralidad de la red es la división de la realidad, después de todo la realidad es una combinación de la velocidad y la distancia con la que percibimos algo y de las frecuencias a las que tenemos acceso; el monopolio de las frecuencias, el privilegio de la velocidad, harían que algunas realidades se marginalizaran aún más, como dimensiones secretas, en las que, solo ahí, sería posible transmitir mundos alternos.
Ahora bien, Google es Google porque se destacó por ser la empresa más cool, aparentemente de una mente abierta, con una ética en favor de la innovación y la libertad. Su slogan es justamente "Don't be evil"; ahora vamos sabiendo que esto es solamente la fachada de este castillo kafkiano en el que se esconde una insaciable ambición que está en la cama con el mismo diablo, el diablo que en la entrada de todas su oficinas, en la puerta de su casa ahuyenta con un conjuro publicitario, con esa efigie "Don´t be evil". Esto fue lo que declaró Google en el 2006:
"Hoy el Internet es una carretera de información donde todos -no importa cuan grande o cuan pequeño, que tan tradicional o fuera de lo convencional- tienen igual acceso. Pero las compañías de teléfono y los monopolios, que controlan casi todo el acesso a Internet, quieren controlar quién tiene acesso a esas vía rápidas y quién es visto antes y más rápido. Quieren construir un sistema de solo dos escalones y bloquear las rampas para aquellos que no pueden pagar"
Sabemos que Google tiene inversión conjunta con la oscura Agencia de Inteligencia Central, la CIA, y que esta empresa aunque embandera la libertad digital se dedica también a la censura. De confirmarse este anuncio tenríamos que revisar ciertamente la forma de percibir a esta empresa.
*Computer World reporta declaraciones de Google diciendo que el New York Time se equivoca, que sí están en negociaciones con Verizon, pero que siguen a favor de la Net Neutrality.
Participa en la protesta en contra del acuerdo entre Google y Verizon