Algunos siguen buscando su micropene, mientras tanto se ha determinado genéticamente que el más famoso de los reyes egipcios es racialmente del oeste de Europa, algo que para algunos podría resultar extraño siendo que se tiene la idea de los egipcios como una raza africana, no muy similar a los anglosajones, celtas o a los nórdicos que poblaron el oeste de Europa. Sin embargo, los rasgos de varias momias ya mostraban esta semejanza con gente blanca. Esto no signifiacaría que todos los egiptos eran blancos o tenían los genes que más tarde se encontrarían en las islas británicas, sino que posiblemente la clase reinante sí tenía estos genes.
Aunque el arqueólogo Zahi Hawass, se había negado a dar conocer los resultados del ADN del rey Tutankamón, éstos fueron dados a conocer en el programa de Discovery presentado en el video. El 99.6 de los cromosomas Y del Rey Tut encajan con los de los europeos del oeste.
Según la data presentada en el video el científico Whit Athey muestra que los cromósomas del rey Tut pertenecen al haplogrupo R1b, el cual está disperso por todo Europa pero encuentra su máxima concentración en Irlanda, Escocia y el oeste de Inglaterra.
Aunque resulte inverosímil para muchos, los poseedores de las tradiciones herméticas más profundas después de la cde los egipcios fueron los druidas. Y recordemos que los conocimientos masónicos, principalmente del rito escosés están inspirados en los misterios egipcios. ¿Los reyes egipicios y la realeza británica? También hay que recordar que en el caso de la cultura egipcia existe por la parte de los científicos una falta de humildad de aceptar que sus cálculos y conocimientos no son del todo conclusivos, y por otra parte una tendencia de asociar con los egipicios factores místicos y hasta extraterrestres con singular facilidad, vía la imaginación, en las personas que utilizan métodos alternativos de conocimiento. Sin poder concluir nada contundentemente, esto al menos merece una intensa investigación.