La revista H+ Mag hace un interesante ejercicio imaginando lo que sucedería si un delfín fuera DJ. Imaginense una fiesta en la piscina y ese coqueto cetáceo asomándose para producir unos beats electrorgánicos a través de una mesa tornasonar. Si puedieran incluso producir tracks previos a esta pool party -en la cual estarían hipnóticas chicas degustandos cocktails noótropicos- utilizando sintes, samplers submarinos, e incluso un efecto coral, podrían pintar imágenes sonoras en 3D, reflejos sinestéticos de sus emociones y sentimientos particulares, incluso transmitir en alta definción una imagen de lo que ven y de lo que les rodea.
Este DJ delfín, también podría ser un murciélago, con su capacidad de utilizar el misterioso terecr oído que es la ecolocación, que emplea sonidos de alta frecuencia para localizar presas (podrían focalizar rayos de sonido y manipular el estado de ánimo de una chica especial bailando en la pista y el disco del sol pasaría reviste) moverse en el aire o en el mar y comunicarse. Los delfines y los murciélagos evolucionaron los mismos sentidos moleculares para escuchar a altas frecuencias. Y ahora este track de eco house vocal. Viva la bat.
Nuevos estudios coodrinados por Robert Allen de la Universidad de Southhampton muestran como el sonido usado en la ecoloación puede ayudar a las personas con implantes cocleares a escuchar en stereo. Este proyecto B.I.A.S. (Biologically Inspired Acoustic Systems) planea desarrollar sonares para aprovechar las capacidades de sistemas biológicos y usarlos en aplicaciones de ingeniería práctica. Sí, en vez del transhumano robot, ¿por qué no el transhumano delfín? Integremos a nuestro cuerpo la sensibilidad de los delfines y descubramos que el sonido es energía electromagnética.
Los investigadores también trabajan creando transductores ultrasónicos para ser usados en vehículos robóticos para navegar en espacios que podrían ser muy peligrosos o inaccesibles para un humano.
Tal vez algún día podramos ver el mundo con el sonido, y transmitirnos complejas imágenes sonoras, yo podría escuchar el paisaje onírico por donde te mueves y tal vez con mayor riqueza, con un lujo de detalles invisibles para los ojos.