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Douglas Rushkoff y el Ciber-Sapiens: la guerra por programar nuestra propia realidad o someternos a la de alguien más.

IF THE WORLD IS CODE WE CAN HACK IT

TERENCE MCKENNA

Nuestra relación con la tecnología en buena medida determina nuestra realidad. Desde las maquinas hasta el lenguaje -la primera tecnología. Actualmente en la era digital el hombre ha llegado a la realización, en su sinergía con la tecnología, de habitar en un mundo programado, y ser la ejecución de ese programa.

Quizás el verdadero heredero de Marshal Mcluhan, bajo su alterrealidad, es Douglas Rushkoff. Mcluhan, recordado por mantras como el medio es el mensaje (in this "mass-age") y por concebir a los medios de comunicación como extensiones del ser humano, ya alertaba sobre la transformación del hombre en su relación con la tecnología. Rushkoff tiene claridad para decir que en este relación el hombre también es la extensión de los medios y de la tecnología que usa. Una computadora computariza la realidad. Decir metafóricamente que el cerebro es una computadora, es hacer nuestro cerebro una computadora. El ser humano, un paso atras de su tecnología, olvida que en su implementación de un nuevo lenguaje, la tecnología es la materia de una nueva realidad.

Dougie Rushkoff, como un Dougie Howser que logró cruzar el umbral y madurar, se da cuenta que parte fundamental de la nueva realidad y de nuestra capacidad de navegarla es la conciencia de que es un programa. Los programas de televisión y los programas informáticos son el software que programa nuestra biocomputadora humana. Es ahora que nos damos cuenta que somos en ori-gen, un programa genético interactuando con un programa cultural: una morfogenesis.

Nuestra naturaleza es mimética, y replica la memética con la que interactúa. Copiamos al mundo al menos de que tengamos acceso a un código autónomo y sepamos reproducirlo.

Rushkoff no es cauto , sin vacilación: PROGRAMA O SE PROGRAMADO. Los usuarios, si no crean su propio programa, son usados. En otras palabras, hace casi trecientos años, William Blake decía: "Necesito crear mi propio sistema o seré esclavizado por el de otro hombre". Hoy en día no sólo necesitamos crear un propio programa para no ser esclavizados por otro hombre, necesitamos crear nuestro propio programa para no ser esclavizados por la inteligencia creada por los programas. La realidad se ha convertido en una lucha ciber-nietzchiana: por un nicho donde ejecutar tu propio código.

En un principio fue el Logos, aleteando como una serpiente en el ciberespacio, se manifestó y programó al mundo. El Logos como un virus de la estrellas se autorreplicó en la Tierra: " id e iterar" escribió en su código el Programador. En el paraíso de bits, apareció el Hacker, la Luz Más Brillante entre los Guardianes del Código y le mostró al hombre que podía alterar su propio código.Le dio a probar el soma del open source. Esto nos costó la expulsión del paraíso e inicio la lucha sempiterna por convertirse, cada quien, en el Programador.

Imagen vía Pixel