Una misterios dama de rojo se sienta en una posición que más tarde resultaría estratégica detrás del presidente Barack Obama durante un discurso en su reciente visita a China. La mujer, de un altivo porte y refinada belleza, se quita su abrigo rojo con una gracia que despierta la admiración del gigante asiático y a la vez mitifica a millones de sus ciudadanos. Sentada sobre el eje de la cámara, la misteriosa joven aparece en múltiples fotografías, removiendo su saco con soltura, luciendo un conjunto negro, seductora, impecablemente deleitando al ojo invisible detrás de la cámara, el ojo-dragón que más tarde se convertiría en el panóptico del Internet.
Días después de que el Internet en China, y poco más tarde en otros países, registrara una avalancha de búsquedas (7 millones de resultados en Google China), bajo las palabras claves "girl in red coat Obama" (niña de rojo Obama) o "beauty in black beside Obama" (bella de negro a un lado de Obama), se reveló la identidad de la joven: Wang Zifei, quien poco después dio un paso adelante y admitió que era ella la que aparece en las fotos. Su blog ha recibido más de 1 millón de visitas en esta semana.
Pero esta historia de suspenso en tiempos digitales no acaba ahí. Como siempre sucede en Internet, ese éter fértil de conspiraciones que viaja a la velocidad de la luz, se ha empezado a especular en torno al abrigo rojo de esta mujer (¿de qué marca era? una mezcla entre la alta moda y la alta política), que dice ser estudiante de la maestría en administración de empresas (MBA), en torno a su canónica belleza (la cual es una enorme sensación en China) y a su para muchos extraña conducta al remover su abrigo y aparecer en una posición estratégica a un lado de la máxima celebridad del planeta, ( desde la muerte de Michael Jackson), Barack Obama.
Se han desenterrado fotos de la joven donde se parece demostrar que es modelo y que ha trabajado en la televisión anteriormente. En su blog, Wang Zifei ha respondido a las dudas que se generan en torno a su caso, señalando que usó un abrigo esa mañana, antes de acudir al Museo de Ciencia y Tecnología de Shangai, porque tenía frío y llovía (el vestido negro lo escogió en señal de respeto), pero al estar en la sala esperando a que entrara Obama, pese a que la temperatura era baja, reparó en que si se quedaba con el abrigo podría interpretarse como si estuviera buscando atención, una falta de respeto. Así que se quitó el abrigo rojo (este elegante despojo de su abrigo resplandeciente -la virgen que magnetiza al dragón- puede ser visto en cámara lenta en varios sitios, minimalmente reproduciendo los segundos de su fama interneternizada).
Evidentemente, si esa era su intención, fracasó y lo que podría ser un insignificante comportamiento social, generó la atención y la sospecha de un país entero de cibernautas. Hay que recordar que esta conducta (usar un abrigo rojo, quitárselo, que una mujer atractiva se siente enfrente de la cámara, etc.) puede pasar desapercibida en Occidente como algo totalmente normal sin mayor esoteria, pero ante la acuciosa mirada de los chinos, sensibles a la menor modulación o gesto, rigurosamente observadores de los más mímimos protocolos sociales, su conducta puede ser hasta escandalosa. Algunos describen a la joven como constantemente, aunque con sutileza, cambiando de pose, con un semblante agresivo, mirando directa e irrefrenablemente a Obama (algo que nadie más fue capaz de hacer) con su belleza escalofriante.
Todo esto ha dado lugar a una serie de teorías de la conspiración; la más aceptada es que se trata de un truco publicitario de parte de esta joven para llamar la atención y propulsar su carrera, al menos periféricamente, en los medios de comunicación (en Estados Unidos una mujer cobró cierta celebridad, la "Obama girl", al grabar un video de su infatuación por el ahora presidente de EU). Los más radicales señalan que Wang Zifei no estaba en ese salón por casualidad, sino que fue plantada por el "gobierno comunista" para distraer de la cuestiones de fondo tratadas en la visita de Obama, "algo que se suele hacer en los países asiáticos", comentan en el Huffington Post (¡qué sofisticación la de los chinos, que se distraen con una mujer que se quita un abrigo, cuando en otros lugares tienen que fabricar cabras alienígenas o destruir edificios!). Sería casi cósmicamente chistoso que detrás de la pantalla de la dama de rojo se hayan sentado las bases del nuevo gobierno mundial. Pero lo más probable es que esto sólo sea una buena y enredada historia de sutiles señales que se desbordan, sin un significado ulterior.
Aunque la joven evidentemente es modelo, Wang Zifei ha dicho en su blog que no busca la fama de esta forma ("he rechazado varias ofertas de cadenas de televisión"), que en realidad todo esto ha perturbado sus estudios, que es "una vítcima inocente" y que espera que todo vuelva a la normalidad pronto. Mientras tanto contemplemos, persiguiendo el dragón en el humo digital, la coquetería abtrusa, la coreografía oculta (pocas veces más sofisticada), del caso de la "dama que se quitó el abrigo rojo".