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Dos galaxias colisionan para fusionarse, formar un único núcleo y dar a luz a miles de jóvenes estrellas; el telescopio Hubble nos permite observar lo más cercano a un acto sexual de dimensiones cósmicas, que parece, en su erotismo luminoso, superar los límites de la otredad.

fusion-galácticaEl sexo cósmico entre dos galaxias a 250 millones de años luz crea un único y elegante pájaro atómico con una cola de jóvenes astros. Un ejemplo, tal vez, para aquellos que tienen la sed de fusionarse con otro ser y esa aparente imposibilidad que representa la física de la individualidad. Estas dos galaxias, que van bajo el nombre de NGC 2326, colisionaron y se encuentran en la etapa final de un proceso de fusión, de convertirse en un único cuerpo generativo de estrellas, al momento ya tienen un único núcleo. Así que técnicamente han dejado de ser dos, para ser uno. La metáfora de transformación erótico-espiritual es evidente: el máximo tantra elevado a dimensiones cósmicas: de su cópula nacerán miles y miles de estrellas.

Esta colisión ha sido observada por un grupo de treinta astrónomos a través de varios telescopios, principalmente el Hubble. A medida que dos galaxias se acercan, similares a nuestra Vía Láctea, se desprenden enormes catidades de gas de una hacia el centro de la otra hasta que se funden en un único núcleo estelar. Tal es el caso de la NGC 2326, también llamada ARPA 2326, en la que se comprueba la fusión de su cópula al observarse la formación de nuevas estrellas en sus primeros estadios de evolución, alojadas en sus dos colas apartadas del núcleo.

Este masivo objeto cósmico, pese a estar a 250 millones años luz, registra una mayor luminosidad que los grupos más brillantes detectados en nuestras proximidades. Seguramente se trata de un ser de una magnitud insondable y de un acto de un enorme significado para nuestro universo unido por un indivisible entrelazamiento cuántico. Sin embargo, por el momento, nuestra comprensión de este tipo de fenómenos es limitada y sólo queda el primigenio asombro ante el poder y la belleza del cosmos. Y su metáfora hermética, como es arriba es abajo, la cual supera los límites de la filosofía humana, materializando la fuente de todo deseo, el deseo de ser el otro. Ontología cuántica de la luz como alquimia unitaria en el tálamo de un espejo. Quizás no sería demasiado aventurado preguntarse si estas dos galaxias habrán también fusionado sus conciencias (ver: Rupert Sheldrake y la autoconciencia de los cuerpos celestes).

Se cree que la acción de un agujero negro en el centro de NGC 2326 está atrayendo la materia hacia el núcleo formando un disco. El controversial científico Paul la Violette cree que estos supuestos agujeros negros en el centro de las galaxias en realidad son un tipo de estrellas con un enorme campo magnético llamadas magnetoestrellas o estrellas madre.

Vía El País

Paul la Violette: Motherstar gravity well surrounding the galactic core