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Un estudio científico demuestra que el cerebro empieza a alucinar después de 15 minutos de aislamiento sensorial ¿qué nos dice esto de la naturaleza de la realidad, la mente y la locura? Sumergirse en la oscuridad y alucinar puede ser también desentrañar la naturaleza del sueño llamado universo

alucinaciones-cámaras de aislamiento

Para alucinar sólo hay que salirse del mundo de los estímulos por 15 minutos y el cerebro empieza a reconstruir la realidad proyectando su propia fantasmata.

Un estudio realizado por Oliver Mason del University College London con 19 voluntarios (clínicamente sanos) instalados en cámaras de aislamiento (anecoícas) desprovistas de luz y sonido demostró que con ese fractal de tiempo, apenas una rebanada de hora, la gente empieza a generar alucinaciones, no tan distintas de los que se conoce como psicosis. Es una tenue línea lo que nos mantiene en el mundo real, casi una conspiración de los sentidos que nos sostiene como un axis en la percepción colectiva.

Mason y otros científicos ven las alucinaciones como un error de percepción, el cerebro "confunde la fuente de lo que percibe", una falla de monitoreo.

"La privación de estimulos sensoriales es un análogo naturalístico de drogas como la ketamina que actúa como un contexto que induce a la psicosis", dijo Mason a la revista Wired.

Los voluntarios del estudio reportaron percibir "rostros", una hipersesensibilidad a olores y un par hasta dijeron notar "una presencia maligna". ¿El hombre inventa al diablo a partir de la oscuridad?

(El filósofo y matemático francés Blaise Pascal alguna vez dijo con prístino asombro asomándose al cosmos por la puerta interior: "El silencio eterno de esos espacios eternos me aterra").

No obstante, casi todos dijeron percibir "algo muy importante o especial" dentro del experimento. Es esto lo más interesante, que tal vez se les escapa a los científicos, las alucinaciones nos revelan algo esencial a nuestra naturaleza, no tanto las visiones que tenemos, sino aquello que nos hace ver y cómo lo que vemos posiblemente en la realidad cotidiana también es una alucinación. "El misterio no es lo que percibimos, sino aquello que nos hace percibir", dice Carlos Castaneda, a través de su Sócrates, Don Juan Matus. Alucinar nos acerca como un manual operativo a la naturaleza de la percepción, a la construcción de la realidad a través de la mente. Tal vez si sabemos alucinar podemos transformar la realidad a voluntad y sintonizar otro mundo, un mundo afin nuestro deseo profundo de crear.

El pionero en el estudio de las cámaras de aislamiento, popularmente conocidas como flotarios y accesibles en las grandes urbes para los psicoturistas, es indudablemente el Dr. John Lilly, quien experimentara con psicodélicos (LSD y ketamina) en situaciones de cero estímulos para desentrañar el código de programación de la "biocomputadora humana" y autoreprogramarla. Las submersiones al mar silencioso de la conciencia de Lilly inspiraron la película de Ken Russell "Estados Alterados"

En sus múltiples viajes en la cámara de aislamiento, Lily descubrió que el cerebro humano es como una tabula rasa propensa a la programación, un organismo tanto mimético como memético que adopta con enorme facilidad cualquier código transmitido y lo replica. Por supuesto el lenguaje es el elemento programativo por antonomasia. La historia del hombre (esa pesadilla de la cual intentamos despertar ,según James Joyce), desde el reptil al microchip, es la historia de la programación mental.

El misterio más grande es descubrir si dentro de esta alucinatoria y programativa historia de la realidad hay una piedra angular, un espíritu en la máquina que trasciende nuestras tergiversaciones. En algunos de sus más profundas excursiones psiconáuticas Lilly (el lirio en el pozo de Brahma) se encontró con una suprainteligencia, que llamó "El Hacedor de Estrellas", el programador de la matriz, que se proyecta a sí mismo como el código del universo:

There may be other controls and controllers, which, for convenience, I call supraself metaprograms. These are many or one depending on current states of consciousness in the single selfmetaprogrammer. These may be personified as if entities, treated as if a network for information transfer, or realized as if self traveling in the Universe to strange lands or dimensions or spaces. If one does a further unification operation on these supraself metaprograms, one may arrive at a concept labeled God, the Creator, the Starmaker, or whatever. At times we are tempted to pull together apparently independent supraself sources as if one. I am not sure that we are quite ready to do this supraself unification operation and have the result correspond fully to an objective reality.

Proponemos experimentar con alucinaciones naturales: el primer ejercicio es apretar los párpados con los ojos cerrados con cierta fuerza hasta generar los fractales de fosfatos, similares a los girasoles de oxígeno conocidos como basura en los ojos. Permanecer en silencio contemplando estas imágenes geométricas por un par de minutos.

Vía Wired

Leer el texto completo de Jonhn Lilly: Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer

Programación mental en Pijama Surf

Twitter del autor: alepholo