En total suman siete las especies de hongos que han desarrollado la fluorescencia entre sus propiedades naturales. Como muestra de que la evolución navega hacia la luz, en una especie de ineludible y dirigida travesía luminosa, científicos han confirmado recientemente esta inédita propiedad.
Hasta ahora se piensa que estos hongos, todos pertenecientes a la familia fúnguica Mycena, no contaban con este mecanismo, sino que lo fueron desarrollando a lo largo de los años como parte de un autorefinamiento existencial. Pero también está la probabilidad de que los 16 linajes de esta familia hubiesen compartido originalmente la capacidad “glow in the dark” y que con el tiempo la perdieron, revirtiendo este proceso en los últimos años y recuperando su coqueta luminisencia nocturna.
Las especies referidas se distribuyen en siete puntos distintos del planeta: Japón, Malasia, Puerto Rico, Belice, Jamaica y República Dominicana. Este descubrimiento, confirmado recientemente, ha causado euforia científica entre algunos estudiosos tanto de los patrones evolutivos de las especies vegetales como aquellos investigadores que se dedican al estudio de la transmisión de luz entre entidades orgánicas.
Por ahora la teoría más conservadora apunta a que estos hongos desarrollaron la fluorescencia para atraer animales nocturnos, que al olfatearlos puedan captar y esparcir sus esporas, fomentando así la propagación de la especie. Sin embargo, también se han vertido teorías en torno a la posibilidad de que estos pequeños y luminiscentes seres sean una especie de faroles que iluminan los ritos chamánicos, durante los recorridos rituales de ciertas entidades nocturnas a través de las selvas del Caribe, el Amazonas, y el sureste asiático. Finalmente algunos más apuestan a que es una lección de ontogonía orgánica, fotoeducativa, en torno al rumbo que toda evolución humana debiese tomar: la luz.
[Wired]
Más magia vegetal en Pijama Surf:
Moringa Oleifera: "el árbol milagro"
El 5-MeO-DMT (’la molécula de dios’) al borde de convertirse en ilegal