Para los habitantes de San Francisco, California, la noticia de un suicidio desde el Golden Gate Bridge ha sido algo relativamente normal desde que el puente fue abierto hace más de siete décadas. La mítica estructura de más de 2,700 metros de longitud que une la punta norte de la bahía con el área de Marin County es uno de los emblemas culturales de esta ciudad, y también forma parte activa de la vida cotidiana de sus habitantes al ser cruzado diariamente por miles de automóviles, peatones, y bicicleteros.
Desde que fue inaugurado el puente, en 1937, se han registrado oficialmente 1218 casos, lo que promedia un suicidio cada 21 días, siendo el primero de ellos apenas 10 días después de abierto. El lado favorito para los “rendidos” es por mucho el costado este, como nos muestra la gráfica, con cerca de un 80% de las predilecciones mortales, y el hotspot suicida sería sin duda la porción ubicada entre la San Francisco Tower y la Marin Tower.
El Golden Gate Bridge es considerado uno de los monumentos arquitectónicos más representativos de Estados Unidos, y fue ubicado en el quinto lugar dentro de la List of America's Favorite Architecture del Instituto Americano de Arquitectos sólo después del Empire State, la casa Blanca, la Catedral nacional de Washington y el Thomas Jefferson Memorial.