Aparece en Boingboing.com una entrada que hace recomendaciones para los twitters que están cubriendo y comentando los recientes hechos en Irán; entre otros temas aconseja tener cuidado con los agentes del gobierno iraní que se han infiltrado en Twitter.
De inmediato aparece una respuesta en la sección de comentarios:
-- Si hay infiltrados ¿quién nos garantiza que tampoco sean agentes de la CIA actuando como twitters desde Teherán?
Luego de los resultados de las elecciones presidenciales de Irán así como las protestas que se han generado en torno a los resultados, la prensa occidental, encabezada por la de Estados Unidos, se ha dado vuelo resaltando la enorme actividad desplegada por el universo Twitter así como de otros medios de comunicación basados en la red que ya hemos comentado en este espacio.
Suena muy heroíco escuchar las historias de los opositores al régimen iraní que han utilizado las herramientas basadas en la red para organizarse, para protestar y, sobre todo, para dar a conocer al mundo sobre lo que realmente está pasando.
Pero ¿qué tanto de lo que está ocurriendo en Twitter es cierto y que tanto es desinformación?
Una de las cosas que tenemos que tener en cuenta es que no existe una versión de Twitter en farsí (el idioma que habla la mayoría persa de Irán); de la misma forma prácticamente todos los twitteos que se han dado referentes a la situación están escritos en inglés, que por razones políticas no es de las lenguas extranjeras más populares en la nación islámica.
Ocurre que la gran mayoría de twitters se están generando desde Estados Unidos encabezados por exiliados iraníes (así como una gran masa de jóvenes) que lo único que han hecho es cambiar su lugar de residencia en las preferencias de sus cuentas.
Aunque si hay twitters transmitiendo desde Teherán, es muy factible que la gran mayoría estén fuera del país y que mucha de la información sea simple repetición de rumores o exageración de hechos ocurridos.
Con esto no queremos decir que lo que está ocurriendo en Irán no sea un hecho real; con lo que hay que tener mucho cuidado es que los reportes a través de las redes sociales (encabezadas por el omnipresente Twitter) están plagadas de usuarios (con muy buenas intenciones) pero que en la mayoría de los casos no tiene información de primera mano y tampoco se han dado el tiempo de confirmar algunas noticias.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que, si los iraníes están infiltrando la red de Twitter para descubrir y perseguir a los inconformes, tampoco está libre de gente con intereses contrarios; desde exiliados del régimen, pasando por ociosos con buenas intenciones hasta llegar a los enemigos tradicionales: las agencias de seguridad de Estados Unidos a las que les caería muy bien ver desestabilizado el régimen teocrático.
La revolución está siendo Twitteada pero, al igual que muchísimos otros campos de batalla, a veces somos incapaces de ver la realidad a través de las estrategias de los enemigos en pugna. La misma naturaleza de las redes sociales hacen que sea imposible de definir si lo que se dice es verdad, es exageración o es franca provocación y estos ataques pueden estar planeados desde ambos lados.
Lo que está ocurriendo en Irán es un claro ejemplo de como la tecnología ha cambiado la forma en que los grandes acontecimientos de nuestros tiempos transcurren, sin embargo tal vez sea necesario esperar a que los eventos terminen de ocurrir para conocer la verdadera dimensión de la influencia de las herramientas modernas.
Armando Reygadas / Colaborador PS
Blog del autor: Reseñando
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