Y ahora que recuerdo el primer día que me encontré frente a Abbie Hoffman, lo recuerdo como un sueño, como diría Calderón de la Barca, en el que se entremezclan todos los tiempos, y que da como resultado éste presente en el que me encuentro, presente que es tan solo el futuro contenido en ese pasado . Es por esto que voy a narrar esta pequeña contribución en presente, como si estuviera sucediendo ahora, ya que de alguna manera en el espacio-tiempo de entonces está sucediendo ahora.
Hace calor, mucho calor en la ciudad de Nueva York, estoy en el verano de 1970, el mes de julio y voy saliendo por la puerta giratoria de un edificio de la Universidad de Nueva York, o NYU. Veo por los vidrios de la puerta que giran, a un cuate de pelo negro rizado y abundante que está cargando una caja de madera como las que se utilizan para almacenar fruta y pone la caja sobre la banqueta , se voltea y luego sin más se sube en ella. Yo salgo por la puerta que gira, lo veo, y al verlo de frente lo identifico y pienso hablando conmigo: "Ah mira es Abbie Hoffman...acaba de salir de la cárcel en febrero y sigue armando desmadre". Me detengo frente a él, que se me queda viendo y me dice: "Hi man" y sin más audiencia que yo empieza a hablar. Y yo con libros y cuadernos en mano lo empiezo a escuchar. Su discurso es en contra de la guerra de Vietnam, es un discurso lúcido, emocional, con humor, sarcasmo y drama, un discurso de Abbie Hoffman. Mientras habla percibo la presencia de otros detrás y cuando por fin volteo, me doy cuenta para mi sorpresa, que no hay cinco ni diez personas reunidas ahí, hay cincuenta o más. De pronto como buscando un buen lugar aparece con una gran sonrisa coqueta Heather, mi amiga de la clase de Lógica, y junto con su novio se hacen un lugar a mi lado. Heather me encanta, su cara bonita, su pelo largo y rubio, sus ojos verdes abiertos y asombrados tipo Picasso, sus jeans pegados a sus piernas y sus senos parados bajo su blusa Hindú casi transparente la hacen verse buenísima, y es una tentación terrible de la cual me olvido siguiendo el discurso de Abbie. Y mientras esto me sucede, alguien entre los ahí reunidos, que cada vez son más, prende un toque de mota que todos huelen.
Abbie siguiendo su discurso habla del Pig Nation que está a favor de la Guerra de Vietnam, y del Woodstock Nation que está en contra de esa " FUCKING WAR" como él la llama y luego grita: "ONE TWO THREE FOUR WE DON'T WANT YOUR FUCKING WAR" y todo mundo y yo también lo repetimos varias veces, y nos emocionamos y sentimos con verdadera pasión cada una de esas palabras. De pronto al final de la calle, a unos cuarenta metros de donde nos encontramos los casi ya ciento y tantas personas, se aparecen unos treinta policías montados, y yo miró a Abbie con diciéndole con los ojos "mira atrás lo que llegó" y él voltea y se ríe y grita : "Ohhh... the Pigs are working" y todos se ríen y él volteando hacia los PIGS les muestra el dedo no muy cordial y luego saca de una bolsa de los jeans su bandera gringa hecha pañuelo, y se suena y se la pasa por debajo de los huevos, y todos gritan y él vuelve a gritar: "ONE TWO THREE FOUR WE DON'T WANT YOUR FUCKING WAR" y todos lo repetimos y después grita mirando a los PIGS: "THE WHOLE WORLD IS WATCHING" (Todo el Mundo nos está Viendo),y todos gritamos lo mismo como si en verdad fuera una advertencia a los Pigs . Mientras tanto, estoy pensando que si los PIGS se nos vienen encima nos van a romper la madre, pero Abbie , con su increíble valentía y arrojo no se inmuta y eso me calma y me hace pensar que por lo menos si se nos echan encima, no será como la matanza de Tlatelolco en el México de 1968.
Y Abbie sigue hablando y ahora habla sobre la necesidad de diferenciar entre los intereses del gobierno y las necesidades e intereses del pueblo de los Estados Unidos, que son totalmente distintas y su discurso sigue lúcido, sarcástico en contra de "Trickie Dickie" como le llamaba a Nixon , y se torna también dramático cuando da las cifras de cuantas personas, entre soldados y civiles murieron el día anterior en la guerra. Y después subraya de nuevo que los intereses del gobierno de los Estados Unidos representan tan solo los intereses de las grandes compañías del complejo militar-industrial estadounidense, que son las que se benefician por la guerra de Vietnam y por sus muertos. Y luego, dándonos una muestra de su faceta anarquista, pone en duda el concepto mismo de la autoridad y pregunta: ¿Qué pasaría si el gobierno llamara a la guerra y los soldados no acudieran al llamado del gobierno? ¿Qué pasaría si los obreros no fueran a trabajar a las fábricas? ¿Qué pasaría si los estudiantes tan solo estudiaran sin desear un título y sin desear ingresar al sistema?, ¿Qué pasaría si los empleados no fueran a trabajar a las compañías? ¿Qué pasaría? Y responde que si eso sucediera serían todos mejores y más honestos con sus sentimientos y por lo tanto con ellos y así nadie ayudaría a este sistema que se perpetua en contra de nosotros mismos y que mata, explota y destruye y entonces la historia cambiaría y el sistema se caería y tendríamos una revolución que transformaría al mundo, "A REVOLUTION FOR THE HELL OF IT" grita, (lo que traducido significa más o menos UNA REVOLUCIÓN POR EL MERO GUSTO DE HACERLA) y yo y muchos otros gritan y aplauden aprobando sus palabras. Después de unos minutos más de discurso, con los PIGS montados cada vez más ansiosos y listos para echársenos encima y disolver lo que ya es una manifestación espontánea en contra de la Guerra de Vietnam, y que obviamente llamó desde hace unos minutos la atención de las autoridades de NYU, Abbie termina su discurso, le muestra otra vez el dedo no muy cordial a los PIGS y luego con un final extraordinario y brillante grita varias veces: FUCK THE SYSTEM....FUCK THE SYSTEM y todos emocionados gritamos junto con él. Luego se baja de la caja de madera donde estaba parado y desafiante la lanza hacia el medio de la calle rumbo a los PIGS montados. Después de esto, Abbie se dirige hacia donde estoy parado con Heather y su novio, e impactado por la belleza de Heather la mira un instante y luego sonríe conmigo para después apuntándome con el pulgar me dice: "See you man" y yo le contesto "See you ".
Así termina todo aquello y cada quien empieza a tomar su camino. Volteo una vez más a ver a los PIGS subidos en sus caballos, lo que me recuerda a Animal Farm y a George Orwell que peleó contra los fascistas de Franco en la Guerra Civil Española, y donde casi lo matan. Y mientras camino, con libros y cuadernos en mano, pienso en que mi encuentro cercano con Abbie Hoffman fue un hecho fortuito, un producto del azar, ya que si me hubiera quedado un poco más tiempo platicando con Heather después de clase, y su novio no hubiera aparecido antes de lo esperado, yo no hubiera tenido ese lugar privilegiado frente a Abbie Hoffman. Y así, pensando en todo esto y en mi encuentro con el fundador de los Yippies, activista en pro de los Derechos Civiles , y el líder principal en contra de la Guerra de Vietnam, me voy caminando rumbo a Washington Square que está tan solo a unos pasos de NYU, y donde me esperan visiones de dealers de mota y ácidos, panfleteros de toda clase de asuntos, mujeres muy liberales que pasean en escasa ropa, vendedores de hot dogs, vagabundos y todo lo demás que ahí se reúne, y entonces pienso que a pesar de los PIGS y de la represión que existe y de la que Abbie Hoffman y muchos otros han sido víctimas, la ciudad de Nueva York, al igual que el Paris de Hemingway de los años veintes, es también una fiesta, una verdadera fiesta, pero con una GUERRA.
Bueno, "ai nos vidrios" como decimos los mexicanos ( hasta mi próxima contribución sobre Abbie) pero sépase que los dejo, a pesar de mis 62 años, sintiéndome como decía Bob Dylan: "mucho más joven de lo que era".
Para los que quieran reclamar algo, que siempre los hay, y para todos los inconformes con esta pinche civilización dejo también ésta mi nueva y cibernética identidad : julio. riquelme@ hotmail . com.
Y ahora sí, para finalizar y en estos tiempos de crisis económica, desempleo masivo, dinero deificado ya sea sucio o limpio, guerras y guerritas, epidemias, cambio climático, extinción de especies, ficción mediática hecha realidad, ladrones corporativos, políticos corruptos siempre impunes, proliferación nuclear y fascismo democrático globalizado, voy a repetir las cada vez más pertinentes palabras de mi amigo ABBIE HOFFMAN :
Julio Riquelme Capdevielle
Ciudad de México, Junio 2009.