México recupera cincuenta y dos piezas arqueológicas que se encontraban en Estados Unidos

El INAH recibió 52 piezas arqueológicas que durante años estuvieron en manos de particulares en Estados Unidos. Son objetos que cargan siglos de historia y que, poco a poco, regresan al territorio donde fueron creados. La entrega se concretó después de que estas personas decidieran entregarlas de manera voluntaria a la Embajada de México y a los consulados en Nueva York, Sacramento y San Francisco.

Las piezas presentan rasgos estilísticos de tres culturas fundamentales para entender el pasado del país: la mexica, la teotihuacana y la zapoteca. De acuerdo con los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, fueron elaboradas entre el 500 a. n. e. y 1521 d. n. e., un rango temporal que abarca del periodo Clásico al final del México prehispánico. Después de regresar al país, cada objeto fue analizado para confirmar su autenticidad y procedencia. El dictamen concluyó que todas las piezas forman parte del patrimonio cultural de la nación.

Un regreso logrado con cooperación internacional

La Secretaría de Relaciones Exteriores entregó formalmente los objetos al INAH el 5 de diciembre, a través de su Consultoría Jurídica. Aunque la restitución fue voluntaria, este proceso forma parte de una estrategia más amplia en la política exterior mexicana: frenar el tráfico ilícito de bienes patrimoniales y recuperar objetos que han sido subastados, vendidos o trasladados sin autorización.

En los últimos años, las embajadas y consulados de México han intensificado su labor diplomática para identificar piezas en el extranjero, detener subastas y abrir canales de diálogo con personas que poseen objetos arqueológicos mexicanos. Gracias a este trabajo, desde el sexenio anterior se han recuperado más de 16 mil piezas culturales en distintos países. Solo en el primer año del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum han regresado poco más de dos mil.

Lo que representan estas piezas

Cada objeto recuperado cuenta una historia que va más allá del valor estético o del interés de coleccionistas. Son fragmentos de las culturas que dieron forma a lo que hoy se reconoce como México: cerámicas, figuras, utensilios y elementos rituales que ayudan a reconstruir cómo se vivía, se creaba y se entendía el mundo en distintos territorios del país. De ahí la importancia de que regresen a espacios donde puedan ser estudiados, preservados y, eventualmente, mostrados al público.
Las autoridades culturales insisten en que esta recuperación no es solo administrativa. Tiene que ver con mantener viva la memoria colectiva, reconocer la profundidad histórica del territorio y reforzar la identidad de las comunidades que tienen vínculos con estas piezas, incluso cuando su origen exacto aún está por precisarse.

Una política que sigue en marcha

La devolución de estas 52 piezas confirma que, cuando hay cooperación entre gobiernos, instituciones culturales y particulares, el patrimonio puede regresar sin confrontación y sin procesos legales extensos. México seguirá trabajando en este eje: combatir subastas donde aparecen objetos robados o saqueados, y reforzar la colaboración internacional para devolverlos a su contexto original.

Por ahora, estas piezas ya están bajo resguardo del INAH. Su regreso no solo engrosa los registros del instituto, sino que suma una capa más a la defensa del patrimonio cultural mexicano, un esfuerzo que continúa y que aún tiene mucho camino por recorrer.


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Imagen de portada: GOB MX

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