México no recuerda sus terremotos sólo por la fuerza con que la tierra se sacudió, sino por lo que esos movimientos revelaron: la fragilidad de las ciudades, la desigualdad de sus habitantes y la capacidad de la sociedad civil para organizarse frente al desastre. El 19 de septiembre de 1985 dejó una herida profunda en la capital; más de seis mil muertos según cifras oficiales, aunque organizaciones ciudadanas estimaron decenas de miles más. Treinta y dos años después, en 2017, el suelo volvió a quebrarse el mismo día. La coincidencia transformó una fecha en símbolo y confirmó que los sismos son también un ejercicio de memoria colectiva.
De esas grietas han surgido obras que no sólo narran la tragedia, sino que exploran cómo reconstruir la memoria y la vida. Desde la literatura y el cine documental hasta la ficción televisiva y la práctica artística contemporánea, distintos creadores han puesto en diálogo los escombros con la dignidad, la pérdida con la posibilidad de volver a empezar.
Desde nuestra propia altura – Tercerunquinto (2025)
El colectivo Tercerunquinto convirtió los residuos urbanos en materia estética y de reflexión. En la exposición Desde nuestra propia altura (Proyectos Monclova, 2025), Rolando Flores y Gabriel Cázares rescataron fragmentos de edificios caídos tras los sismos de 1985 y 2017, y de las demoliciones posteriores, para reorganizarlos en nuevas constelaciones espaciales.
Actualmente, una de esas piezas: “Efemérides" se encuentra en exhibición dentro de Bajo el signo de Saturno en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), donde dialogan con la noción de terror cósmico: esa sensación de incertidumbre frente a la vastedad del universo y nuestra pequeñez ante lo inconmensurable. En Efemérides, por ejemplo, los artistas plasmaron los mapas celestes tal como estaban configuradas las estrellas en los días en que ocurrieron los sismos. No es sólo un registro astronómico, sino un gesto que vincula la catástrofe terrestre con el orden o el desorden cósmico.
El resultado es inquietante: las ruinas materiales de la ciudad se combinan con la idea de un destino trazado en el cielo, como si el colapso no fuera únicamente urbano, sino también existencial. Entre maderas, metales y fragmentos de mosaicos, se abre un recordatorio de que el desastre no sólo se mide en escombros, sino también en la imposibilidad de comprender del todo nuestro lugar en el universo.
No sin nosotros – Carlos Monsiváis (2005)
Carlos Monsiváis fue uno de los cronistas que mejor supo leer la sacudida del 85. En No sin nosotros. Los días del terremoto 1985–2005 (publicado en 2005), reunió dos miradas: la de los meses inmediatos a la tragedia y la de las dos décadas siguientes, cuando la sociedad civil aprendió a organizarse más allá de los gobiernos.
El título mismo se convirtió en consigna. “Nunca más un México sin nosotros” fue el eco de una ciudadanía que exigía ser tomada en cuenta, que no aceptaba la exclusión y que reclamaba su lugar en la reconstrucción. Más que un libro de crónicas, es un documento de memoria y de acción, una prueba de que de los escombros también nacen nuevas formas de democracia.
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No les pedimos un viaje a la luna – María del Carmen de Lara (1986 / restauración 2025)
El cine documental también dio voz a quienes quedaron sepultadas en silencio. En 1986, María del Carmen de Lara estrenó No les pedimos un viaje a la luna, una película que recogía los testimonios de las costureras sobrevivientes al colapso de fábricas textiles. Muchas perdieron la vida bajo las máquinas, y las que sobrevivieron enfrentaron patrones que se negaban a pagar indemnizaciones justas.
El filme documenta no sólo la tragedia, sino la organización política y laboral de estas mujeres, que hicieron de la catástrofe un punto de partida para exigir dignidad. Ganó el Ariel al mejor mediometraje documental y, a casi cuarenta años de su estreno, la Cineteca Nacional presenta ahora una versión restaurada en 2025 con la presencia de la directora y de algunas de las costureras sobrevivientes. Su vigencia confirma que la lucha de esas trabajadoras sigue siendo un espejo incómodo del país.
Cada minuto cuenta – Prime Video (2022–2025)
La ficción también se ha encargado de reconstruir la memoria del 85. La serie Cada minuto cuenta, producida por Prime Video y estrenada en 2022, recrea desde la perspectiva de ciudadanos comunes las horas posteriores al terremoto. Médicos, periodistas, vecinos y brigadistas improvisados se enfrentan a los derrumbes y a la falta de respuesta institucional, mientras la solidaridad se convierte en motor de supervivencia.
La producción, pionera en el uso de pantallas de producción virtual en Latinoamérica, combina tecnología de última generación con relatos íntimos. Con su temporada final estrenada en 2025, la serie cierra en el aniversario 40 del sismo, subrayando que la tragedia no sólo pertenece al pasado: es una huella que sigue marcando la identidad del país.
La memoria como reconstrucción
De las ruinas materiales a las consignas políticas, de las fábricas derrumbadas a los sets virtuales, estas obras demuestran que la cultura es también un terreno de reconstrucción. Los sismos de 1985 y 2017 sacudieron a México en lo físico y en lo simbólico. Lo que ha quedado son piezas que no permiten el olvido, recordatorios de que entre la tierra y el cielo se levanta una ciudad frágil, pero también capaz de reinventarse.