Un increíble y conmovedor hallazgo de la Universidad de Salamanca revela cómo su rector más famoso, Miguel de Unamuno, y el físico más importante del siglo XX, Albert Einstein, la literatura y la ciencia, buscaron mirar juntos al futuro a pesar de la distancia del idioma. Una relación que nunca se dio en persona, sino haciendo más inteligente al mundo.
Entre los innumerables fondos de su archivo, la Casa-Museo Unamuno pudo localizar un telegrama perdido, de cuya existencia solo se sabía a través de la prensa, que es una muestra de inmensa complicidad en un momento de crisis y de un interés profundo del Premio Nobel de física 1921 hacia el más conocido exponente de la generación española del 98.
El telegrama da cuenta de la preocupación de Einstein por levantar el ánimo de Unamuno, herido por la represión sufrida durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, a quien el monarca Alfonso XIII encomendó España para sortear la crisis económica y política que provocó la desastrosa guerra en Marruecos de principios del siglo XX. Sus escritos llenos de ironía contra este jefe militar, que a veces incluyeron indiscreciones sobre su vida privada, lo condenaron en 1925 a un destierro de cinco meses en la isla de Fuerteventura, parte del archipiélago de las Canarias, seguido de un exilio de un año en París y una estancia prolongada en Hendaya.
El conocidísimo físico teutón se hizo mundialmente popular por sus teorías de la relatividad especial y general, y por su aún más conocida ecuación, casi de naturaleza pop: E=mc2. Sin embargo, esta serie de descubrimientos se terminarían convirtiendo en el gran fantasma que lo perseguiría hasta su muerte, por haber propiciado el desarrollo de la bomba atómica. Einstein no dudaría que su mayor error profesional y moral fue haber instado al Presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, a financiar este proyecto para terminar con Hitler y el militarismo japonés. Todo un “destructor de mundos”, en palabras de Robert Oppenheimer.
Periodista, ensayista, dramaturgo, novelista y, sobre todo, poeta, autodeclarado anarquista espiritual, Unamuno regresaría a su país hasta los años treinta. En palabras de Ana Chaguaceda, directora de su Casa-Museo, el bello gesto de solidaridad de Einstein:
…corrobora la importancia que tenía Unamuno fuera de nuestras fronteras.
Juan Manuel Corchado, su sucesor en la rectoría de la Universidad de Salamanca, ha detallado que la información sobre este documento fue publicada en el número especial del 15 de marzo de 1930 de La Gaceta Literaria, dedicado expresamente a celebrar el regreso a España del autor de Niebla, La agonía del cristianismo, Del sentimiento trágico de la vida y Paz en la guerra. Desde entonces, autores como Francisco Madrid o Emilio Salcedo recordaron la existencia del telegrama, aunque, hasta este alegre descubrimiento de finales del año pasado 2024, no había constancia de su conservación hasta la actualidad o de su posible paradero.
Einstein, melómano, ávido lector y pacifista convencido, decidiría valerse de todo su genio y prestigio para apoyar a humanistas de talla internacional como Unamuno. Finalmente, el hallazgo del telegrama escrito en su favor corrobora las distintas noticias sobre su existencia, reunidas para una muestra de su Casa-Museo por la comisaria Marta García Gasco. Se trata, sin embargo, de un mensaje de apoyo escrito, no solo por el Premio Nobel, sino por veintiún escritores y profesores representantes de lo mejor de la intelectualidad alemana.
Sin dignos de mención: Alfred Doeblin, autor clave del modernismo alemán, Ernst Toller, uno de los dramaturgos más destacados de principios del siglo pasado, y Käthe Kollwitz, artista emblema del expresionismo. Estos “amigos alemanes”, como se hicieron llamar en este telegrama con “motivo de su gloriosa vuelta del honroso destierro”, calificaron al escritor español, quien habría “soportado con noble orgullo”, de “valiente luchador, gran poeta y filósofo”.
Este hallazgo ha sido más que feliz para la Universidad de Salamanca. En palabras Corchado:
No podemos entender el siglo XX sin Einstein ni Unamuno. Este documento nos permite asomarnos a las relaciones entre dos de las mentes más relevantes e influyentes de la época. Y podemos hacerlo gracias a que la Universidad de Salamanca lleva siglos custodiando y protegiendo su patrimonio. Esta conservación hace posible que podamos investigar y establecer infinitos vínculos entre lugares que, quizá, aún desconocemos.
El descubrimiento de esta comunicación entre Einstein y Unamuno es parte de un minucioso trabajo de investigación y documentación divulgativo, que da fe de la relación entre la literatura y el escritor españoles con la ciencia y los científicos de su época. La Casa-Museo Unamuno expondrá todo su contenido el próximo año 2026, algo que para Pijama Surf no es, si no, una oportunidad interesante para reflexionar sobre el contacto de la inteligencia y el corazón.