Raúl Zurita es un creador multidisciplinar, y gritos amorosos y dolientes de las chilenas y los chilenos. Referente ineludible de la literatura latinoamericana desde finales del siglo XX hasta hoy.
Su poesía que continua en la novela, el cuento, el ensayo y la música es una soberanía sin poder como pertenencia no pedida a lo transitorio y lo efímero, a la experiencia del yo como búsqueda de su latido y de su lazo con lo que invocan, dicen o profetizan mantras contra el dolor. Es poética sobre un Dios imposible y una esperanza más o menos real y humana.
La poesía es el intento más vasto y más desesperado por decir con palabras del mundo cosas que ya no están en las palabras de este mundo.
Así es como Zurita describió su poesía entre las palabras del mundo para el entrevistador y crítico cultural Cristian Warnken. Letras y vacíos sobre el pecado original que primero se sufre y victimiza, un trauma que vivieron a su manera los originales del cono sur del continente al recibir el catolicismo. Una condena a una palabra, “Dios”, que se vuelve protección y optimismo, una memoria histórica, lingüística y profética de los pueblos y las utopías de la mujer y el hombre.
Este Dios se vive ahora como una ausencia. La modernidad alejada de su pasado metafísico o la superación de aquel trauma individual y colectivo significa, a la vez, esterilidad y fecundidad, falta y remplazo vital del Ser Supremo. Solo ser o ser lo intenso en persona.
Zurita es un prolífico autor que ha sacado a la luz los poemarios Purgatorio, 1979, Anteparaíso, 1982, El paraíso está vacío, 1984, Canto a su amor desaparecido, 1985, El amor de Chile, 1987, Selección de poemas, 1990, La vida nueva, 1994, Canto de los ríos que se aman, 1997, Poemas militantes, 2000, INRI, 2003, Mi mejilla es el cielo estrellado, 2004, Poemas, 2004, Tu vida derrumbándose, 2005, Mis amigos creen, 2005, Los países muertos, 2006, LVN. El país de tablas, 2006, Poemas de amor, 2007, Las ciudades de agua, 2007, In memoriam, 2008, Cinco fragmentos, 2008, Cuadernos de guerra, 2009, Saber morir, 2009, Poemas 1979-2008, 2009, Sueños para Kurosawa, 2010, Zurita, 2011, ¿Qué es el Paraíso?, 2014, Tu vida rompiéndose, 2015, Obra poética 1979-1994, 2017, Verás, 2017, La vida nueva, 2018, Verás cielos en fuga, 2019.
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, 2016, y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 2020, Zurita también es autor de las novelas El día más blanco, 1999, Sobre la noche el cielo y al final el mar, 2021, de la colección de cuentos Nuevas ficciones, 2013, además de los ensayos Literatura, lenguaje y sociedad, 1983, Sobre el amor, el sufrimiento y el nuevo milenio, 2000, y Los poemas muertos, 2006. Junto a la banda de rock y música experimental chilena González y Los Asistentes, dio nacimiento al álbum Desiertos de amor, 2011.
En Penguin Random House podemos buscar algunas reediciones de la extensa obra de Zurita. En Pijama Surf queremos compartir a nuestros lectores un poema de este candidato al Nobel:
I
A PW
Un hombre que agoniza te ha soñado, un hombre
que agoniza te ha seguido. Uno que quiso morir
contigo cuando tú quisiste morir.
Allí está mi cuerpo estrellado contra los arrecifes
cuando ahogándome te vi emerger y eternamente
cerca y eternamente lejos eras tú la inalcanzable
Todo en ti es doloroso.
Te saludo entonces y saludo a lo eterno que vive
en la derrota, a lo irremediablemente destruido,
al infinito que se levanta desde los naufragios,
porque si agua fueron nuestras vidas, piedras
fueron las desgracias.
No soy yo, son mis patrias las que te hablan: el
sonido de océano que describo, las estrellas de
la recortada noche.
Iluminada de la noche tu cara sube cubriendo
el amanecer. Abres los párpados, entre ellos
millones de hombres dejan el sueño, toman sus
autobuses, salen,
las ciudades de agua en tus ojos
II
A PW
Todo en ti está vivo y está muerto: el fulgor del
pasto en la aurora y el hilo de voz creciendo en
el diluvio, el feroz amanecer y la mansedumbre,
el grito y la piedra.
Todo mi sueño se levanta desde las piedras y te
Toda mi sed te mira, el hambre, el ansia infinita
de mi corazón.
Te miro también en el viento. En las nieves de
la cordillera sudamericana.
Allí está la calle en que esperé que amanecieras,
la noche póstuma, el país muerto en el que no
morimos. Allí están todas las heridas y golpes
cuando emergiendo del destrozado sueño volví
hacia ti los ojos y vi las desmesuradas estrellas
flotando en el cielo.
Tu cara ahora flota en el cielo, detrás corre un
río. Hay un hombre muy viejo.
Hay un hombre muy viejo en el medio del río
y tú lo miras
las ciudades de agua en tus ojos