A casi un año del estreno en cines de la que se dice será la última cinta del icónico director japonés Hayao Miyazaki, "El niño y la garza", la película llega a Netflix. Esta película no solo marcó un hito en su carrera por su impresionante éxito en taquilla, sino que también se presenta como una profunda reflexión sobre temas esenciales en su filmografía: la naturaleza, el trauma, la guerra y la increíble capacidad del ser humano para sobreponerse las adversidades que la existencia plantea.
Con una narrativa visualmente impactante, la historia sigue a Mahito, un niño que, tras la muerte de su madre y en plena Segunda Guerra Mundial, se enfrenta a la difícil tarea de reconstruir su vida en un nuevo entorno. Su viaje le lleva a un encuentro con un misterioso garza que lo guía a un mundo paralelo lleno de criaturas fantásticas y dilemas existenciales. Aquí, el espectador es testigo de una exploración sobre el duelo, la pérdida y la conexión con el entorno natural.
Miyazaki utiliza este entramado de fantasía y realidad para reflejar sus propias luchas internas y su relación con el arte cinematográfico. Como ya es característico en su obra, la película no solo es visualmente impresionante, sino que también ofrece una profunda meditación sobre los horrores de la guerra, la fragilidad de la vida y el poder de la imaginación para sobrellevar las tragedias personales.
Además, los críticos destacan cómo "El niño y la garza" toma elementos autobiográficos del propio Miyazaki, lo que añade una capa extra de profundidad y autenticidad a la historia. El realizador utiliza la fantasía no como un escape, sino como un medio para enfrentar las realidades más dolorosas y complejas del mundo.
Finalmente, la llegada de la película a Netflix no solo abre las puertas a nuevas audiencias, sino que también reafirma la relevancia contemporánea de la obra de Miyazaki. En un momento en el que el cine parece cada vez más dominado por los efectos especiales y las secuelas interminables, Miyazaki ofrece una alternativa poética, personal y emocionalmente resonante. Sin duda, una obra maestra que cierra con broche de oro la legendaria carrera del director.
"El niño y la garza" no es solo una película de animación, es una reflexión sobre la vida, la pérdida y la resiliencia, contada a través de los ojos de uno de los maestros más grandes del cine.