León Tolstói es, sin duda, uno de los escritores más influyentes de la literatura universal, reconocido no solo por sus épicas novelas sino también por su profunda reflexión sobre la vida, la muerte y la moral humana. Sus obras, que combinan una narrativa rica con un análisis filosófico agudo, han dejado una marca imborrable en la cultura y el pensamiento occidental. Entre sus escritos más destacados se encuentran Guerra y paz y Anna Karenina, novelas que, más allá de relatar los conflictos y dilemas de sus personajes, exploran las tensiones entre el individuo y la sociedad, así como los grandes dilemas éticos del ser humano.
Guerra y paz, probablemente su obra más emblemática, no solo es una crónica monumental de la Rusia del siglo XIX y de las guerras napoleónicas, sino también una meditación profunda sobre el destino, el libre albedrío y la historia. A través de personajes complejos y vibrantes, Tolstói nos invita a reflexionar sobre cómo las fuerzas históricas y personales se entrelazan en la vida humana. En español, las traducciones de Lydia Kúper y la más reciente de Joaquín Fernández-Valdés (Alba Editorial) son las más reconocidas, tanto por tomar como referencia el texto en ruso más autorizado, como por la habilidad con que éste fue vertido a nuestro idioma.
Por otro lado, Anna Karenina aborda las dificultades del amor, la moralidad y la sociedad rusa de la época. Con su célebre primera frase, "Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera", Tolstói introduce una narrativa que explora las contradicciones y complejidades del deseo humano, el honor y la libertad individual frente a las rígidas convenciones sociales.
Además de estas dos gigantes literarias, Tolstói escribió otras obras breves pero igualmente significativas, como La muerte de Iván Ilich, una poderosa reflexión sobre la vida y la inevitabilidad de la muerte. Aquí, Tolstói muestra con crudeza el proceso de confrontar nuestra propia mortalidad, haciéndonos cuestionar la autenticidad de la vida que llevamos.
En sus últimos años, Tolstói se alejó progresivamente de la literatura convencional para centrarse en temas más espirituales y morales. Obras como La sonata a Kreutzer y Los cosacos reflejan su creciente preocupación por la justicia social, la religión y el pacifismo, temas que lo llevaron a una ruptura con la aristocracia y el estilo de vida que él mismo había disfrutado.
Tolstói no solo fue un maestro de la narrativa, sino también un pensador radical cuyas ideas sobre la no violencia y la simplicidad influyeron profundamente en figuras como Gandhi. En un mundo que muchas veces parece gobernado por el materialismo y el conflicto, la obra de Tolstói sigue siendo una guía invaluable para reflexionar sobre lo que realmente significa vivir una vida plena y significativa.