Uno de los aspectos básicos de cualquier discurso nacionalista son los símbolos, en especial los símbolos que pueden traducirse en imágenes sencillas de difundir y asimilar.
Jesús Helguera, "Alegoría patria"
En México, varios de esos símbolos se consolidaron alrededor del llamado “medio siglo”, es decir, entre las décadas de 1940 y 1950. Los gobiernos posrevolucionarios y otras instancias generaron la identidad nacional mexicana dominante que sobrevive hasta nuestros días y que, entre otros elementos, se apoyó del enaltecimiento del pasado prehispánico (en particular el mito fundacional de Tenochtitlán por parte de los mexicas, después llamados aztecas, y la condición guerrera y conquistadora de su cultura) y, por otro lado, de figuras del México independiente como los Insurgentes (Miguel Hidalgo, José María Morelos, etc.) o los cadetes del Colegio Militar que murieron luchando contra el ejército estadounidense en 1847.
Jesús Helguera: "Don Miguel Hidalgo"
Un modesto artífice de esa identidad fue Jesús Helguera, ilustrador talentoso que imbuyó de heroísmo y orgullo las imágenes de lo mexicano. Jesús Helguera (o de la Helguera) desarrolló su obra entre 1939 y la década de 1950, casi exclusivamente a expensas de Cigarrera La Moderna, la empresa que lo contrató como ilustrador de los calendarios que se repartían año con año para uso de las casas y negocios de la clase media mexicana.
Jesús Helguera: "Caballero Águila"
Jesús Helguera: "Grandeza azteca"
En su obra, Helguera se adscribió a la idea dominante de mexicanidad característica de su época, a medio camino entre el folclor y el heroísmo. Muchas de sus imágenes contribuyeron a consolidar ese nacionalismo ingenuo que sobrevive hasta nuestros días: una forma "bucólica" de mexicanidad que existe sólo en el discurso y se desempolva en ciertas ocasiones para fines muy específicos.
Jesús Helguera: "La Malinche"
A la fecha sobrevive poca obra original suya, y las pocas piezas existentes se encuentran dispersas en colecciones privadas.