Chaac gana la batalla: tendrá estatua en Yucatán para honrarlo

Luego de la polémica –o la broma que se salió de control– surgida hace unas cuantas semanas durante el comienzo de la época de hurcanes en el Caribe mexicano, Yucatán se prepara para erigir una estatua en honor a Chaac, el dios maya de la lluvia, aparentemente en un esfuerzo por revitalizar las creencias ancestrales y hacerle frente a las fuerzas mitológicas extranjeras, como Poseidón, el dios griego del mar. Esta iniciativa no solo busca rendir tributo a una de las deidades más veneradas del mundo maya, sino también reafirmar la identidad cultural de la región en un contexto moderno que, a menudo, se ve invadido por influencias externas.

Chaac, conocido en la mitología maya como el dios de la lluvia, es una figura central en la cosmología de esta antigua civilización. Su importancia radica en su dominio sobre las lluvias y los ciclos agrícolas, elementos fundamentales para la subsistencia en las tierras del sureste mexicano, donde la sequía y las tormentas son fenómenos cíclicos que moldean la vida cotidiana. 

La estatua se ubicará en el puerto de Progreso, lugar en donde se erigió el monumento a Poseidón que fue objeto de escándalo.

Esta "rivalidad" entre Chaac y Poseidón, aunque fruto de las polémicas que de tanto en tanto se originan en las redes sociales, puede tomarse como crítica quizá superficial pero plausible a la imposición de iconografías y figuras extranjeras en un territorio con una mitología tan poderosa y compleja como la maya. La comparación con Poseidón subraya el deseo de equilibrar la balanza cultural y devolver a Chaac su lugar de honor en la tierra que alguna vez fue gobernada bajo su mirada.

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