En la vasta historia de la música, hay piezas que se destacan no solo por su belleza, sino también por su antigüedad. La canción más antigua del mundo, conocida como el Himno Hurrita No. 6, es una de esas joyas que nos conecta con las raíces mismas de la expresión musical humana. Descubierto en la década de 1950 en Ugarit, una antigua ciudad en lo que hoy es Siria, este himno ofrece una fascinante mirada al pasado.
El Himno Hurrita No. 6 fue encontrado en una tablilla de arcilla junto a otras treinta fragmentos de tablillas en Ugarit. Estas tablillas, escritas en cuneiforme, datan de aproximadamente 1400 a.C. El himno está dedicado a Nikkal, la diosa de los huertos, y su texto ofrece instrucciones sobre cómo tocar la música en una lira de nueve cuerdas. Esto sugiere un conocimiento avanzado de la teoría musical y la composición en esa época.
La melodía del Himno Hurrita ha sido interpretada de varias maneras por musicólogos y músicos modernos. Aunque la notación musical utilizada en la tablilla difiere enormemente de la que usamos hoy, los investigadores han podido reconstruir una versión plausible de la melodía. Este proceso implica interpretar las indicaciones sobre las cuerdas y los intervalos, similar a cómo un guitarrista moderno podría leer una tablatura.
Nikkal es una diosa en la mitología hurriana, asociada principalmente con los huertos y la fertilidad. Su nombre completo, Nikkal-wa-Ib, se traduce como "Gran Dama y Frutal", lo que refleja su papel como protectora de los árboles frutales y los huertos. Originalmente, Nikkal es una diosa sumeria que fue adoptada por los hurritas y otros pueblos de la región. El himno dedicado a ella no solo es un tributo a su importancia en la vida cotidiana de los hurritas, sino también un testimonio de la fusión cultural en el antiguo Oriente Próximo.
Deidad femenina mesopotámica con tocado de cuernos y sentada en una silla o un trono, probablemente Ishtar o Bau. El símbolo lunar del dios lunar Sin aparece en la parte superior, flanqueando el tocado. Vestido elaborado y mechones de pelo trenzados. Periodo antiguo-babilónico, 2003-1595 a.C. Placa de arcilla cocida de Ur, Mesopotamia meridional, Irak. Museo Sulaymaniyah, Irak (Wikimedia Commons)
Uno de los aspectos más fascinantes del Himno Hurrita es cómo nos permite escuchar los sonidos que nuestros antepasados escuchaban hace más de 3,400 años. La música es un lenguaje universal, y esta pieza en particular resuena con una mezcla de simplicidad y profundidad que todavía conmueve a los oyentes modernos.
La existencia del Himno Hurrita destaca la sofisticación de las civilizaciones antiguas en términos de arte y cultura. No solo muestra su capacidad para crear música compleja, sino también su habilidad para registrar y transmitir este conocimiento a través de generaciones. Esta canción es un testimonio del ingenio humano y de la importancia de la música como una forma de comunicación y expresión cultural.
Además, el himno proporciona una conexión tangible con el pasado, permitiéndonos experimentar un fragmento del mundo antiguo de una manera muy directa. Es un recordatorio de que, aunque el tiempo y la tecnología cambian, la esencia de la música como una forma de arte y expresión permanece constante.