Como sabemos de sobra, las redes sociales son ya desde hace un tiempo un campo de batalla de opiniones cada vez más polarizadas. El anonimato, la inmediatez y la superficialidad que dominan nuestra época han hecho de dichos medios un campo fértil para la polémica fácil. Un ejemplo reciente de esto es la polémica generada por Roro Bueno, una joven influencer que ha captado la atención mediática al publicar un video en el que cocina para su novio. Lo que podría parecer una actividad cotidiana y benigna, ha desencadenado una oleada de críticas y debates sobre el rol de la mujer en la sociedad moderna.
Roro Bueno, conocida por su contenido variado que abarca desde moda hasta estlo, comenzó a llamar la atención tras compartir varios video en los que prepara comida para Pablo,su pareja, siempre con mucho esmero y realizando las recetas casi desde un punto cero, lo cual implica más trabajo aún. Además, en todos los casos Roro acompaña las imágenes de una narración en la que destaca que todo lo que hace, lo hace por y para Pablo.
Las críticas no tardaron en llegar. Muchos usuarios de las redes sociales la acusaron de perpetuar estereotipos de género y de fomentar una visión retrógrada de las mujeres como responsables exclusivas de las labores domésticas. La controversia escaló cuando figuras públicas y políticos se sumaron al debate.
Una de las voces más destacadas en esta discusión ha sido la de Rita Maestre, conocida activista y política española, quien señaló que el contenido de Roro es "un ejemplo de cómo la cultura popular puede reforzar roles de género obsoletos". Maestre argumentó que, aunque cocinar para alguien no es intrínsecamente negativo, la forma en que se presenta y se consume en las redes puede tener implicaciones más profundas sobre cómo se perciben y se viven las relaciones de género.
Por otro lado, hay quienes defienden a Roro Bueno, argumentando que las críticas son exageradas y que cada individuo debería tener la libertad de compartir su vida personal como mejor le parezca, sin ser juzgado por ello. Estos defensores subrayan que la polémica es una manifestación de un problema más amplio: la dificultad de navegar entre la tradición y la modernidad en una sociedad en constante cambio.
Ante la avalancha de comentarios y críticas, Roro Bueno decidió responder a través de sus redes sociales. En un comunicado, expresó su sorpresa por la reacción de la audiencia y defendió su derecho a compartir momentos de su vida cotidiana sin que estos sean interpretados como una declaración política o social. "Cocinar es una forma de amor, y no veo nada de malo en compartirlo", afirmó.
Roro también mencionó que sus videos han tenido la intención de inspirar a su audiencia a disfrutar de la cocina y de los pequeños gestos de cariño en una relación, y no para imponer un rol de género específico. Sin embargo, reconoció la importancia de ser consciente del impacto que el contenido puede tener y la responsabilidad que conlleva tener una plataforma con gran alcance.
Con todo, la tormena no amaina. En una entrevista reciente, la influencer aseguró que en días recientes esta situación le ha llevado a recibir imprecaciones e insultos de gente desconocida que la reconoce en la calle o en otros lugares públicos.
El caso de Roro Bueno nos invita a reflexionar sobre cómo consumimos y reaccionamos ante el contenido en las redes sociales. La viralización de su video y la polémica subsiguiente subrayan la sensibilidad de temas como los roles de género y la representación en los medios.