Las historias del universo de Avatar creado por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, El Último Maestro Aire y La Leyenda de Korra, despiertan gran interés entre los lectores y articulistas que hacemos parte de este espacio. Puede deberse a su ética pacifista y ecológica, a ser una versión pop del budismo o de la sabiduría perenne e indígena, o a la nostalgia por las risas que le sacó a nuestro niño o adolescente de la década del 2000.
Sin embargo, para quienes tenemos novio siendo hombres y para quienes tienen novia siendo mujeres, significa mucho también que el lore de esta serie haya ido tímidamente incorporando el tema de las orientaciones sexuales divergentes y su aceptación. A pesar del rechazo que implicó abordar esto a partir de un programa de Nickelodeon, sus desarrolladores fueron valientes como para poner algo de nuestra comunidad en sus personajes.
Estamos en junio. Para conmemorar el mes del orgullo gay y, sobre todo, para salir del armario sobre bisontes voladores, compartimos en Pijamasurf toda la información canónica sobre cómo se ha representado a la comunidad LGBTTTIQ+ en Avatar:
En el episodio final de la segunda serie de la franquicia, se mostró a Korra, su protagonista y último Avatar de la Tribu Agua, iniciando una relación lésbica con su amiga Asami. El “Korrasami” no sería inequívocamente confirmado, no se mostrarían muestras de afecto entre las dos ni se trataría abiertamente el tema de la aceptación de las orientaciones sexuales en este universo, sino hasta la trilogía comic de 2017 Guerras Territoriales.
La historia de Korra primero nos mostró su amistad con tensión sexual y su noviazgo adolescente con Mako. Su primera interacción con Asami incluía los celos debido a su interés común por aquel joven maestro fuego, cuyo hermano Bolin también intentaría salir con el Avatar sin éxito. Este triángulo amoroso se cerró con la relación entre las dos chicas que sigue vigente, y Konietzo ha confirmado que Korra y Asami son bisexuales.
Los comics han sacado del closet a otros personas LGBTTTIQ+ parte de la franquicia: la segunda de los tres hijos de Aang y Katara, Kya, su única hija, así como la única sucesora de su madre como maestra agua, confirmó ser lesbiana aconsejando a Korra sobre su nueva relación gay y el problema de la aceptación social. También confirmaría que su padre y anterior Avatar la apoyó incondicionalmente con su salida del armario, algo propio de su cultura. Kyoshi, el último Avatar del Reino Tierra también habría sido una mujer bisexual, siendo su novia Rangi de la Nación del Fuego el gran amor de su vida. En su mayoría personajes femeninos en relaciones lésbicas, aunque el consejero de confianza de la matriarca de Zaofu y villano menor, Aiwei, es al menos un caso confirmado de un hombre gay dentro de este lore.
Este material extra, pero canónico del universo de Avatar también ha establecido las particularidades culturales de cada una de las cuatro naciones sobre su manera de tratar a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género divergentes, si sus diferencias han sido históricamente parte de un tabú o valorizadas por estas sociedades.
Antes del genocidio del Señor del Fuego Sozin, los nómades aire vivían en torno a sus cuatro templos monasterios, por lo que carecían de una unidad familiar para la crianza de los niños, en contraste con el modo de vida de otras naciones, siendo criados de manera comunitaria, aunque en contacto con sus progenitores. A semejanza del budismo no ficticio, su problematización del afecto y de la sexualidad fue de carácter acético espiritualista. Sus límites consistían en no dañar a otros y evitar el apego, sin énfasis alguno en la monogamia o la reproducción. La homosexualidad podía ser tan problemática como la heterosexualidad, por lo que era igual de bienvenida de vivirse libremente. Dos mujeres o dos hombres podían bendecir su relación y cuidar de un niño sin prejuicios entre estos nómades.
Las Tribus Agua del norte y del sur han sido tolerantes hacia las diferentes orientaciones sexuales. Su sentido de hermandad social y sus lazos familiares fuertes convierten en algo atípico el repudio de los padres a sus hijas lesbianas o hijos gay. Sin embargo, la falta de nietos naturales puede ser motivo de dolor para los abuelos, y se ha aconsejado a las personas homosexuales mantener sus preferencias y relaciones para sí mismas, sin exhibiciones públicas de afecto. La sociedad del sur, más matriarcal y descentralizada, normalizó más los matrimonios homosexuales respecto de la sociedad del norte, más jerárquica y patriarcal.
Con un territorio muy extenso, el Reino Tierra es una federación imperial integrada por microestados con formas de gobierno y organización social diferenciadas. Por lo mismo, su manera de tratar a lesbianas y gays ha variado no solo a lo largo de la Historia, sino en relación a estas localidades, habiendo casos de plena aceptación o de extremo repudio, aunque en términos generales sus poblaciones se muestran prejuiciosas. El Avatar Kyoshi habría intentado desde su liderazgo normalizar la aceptación, sin conseguir un gran éxito.
Sabemos que poco antes y durante la Guerra de los Cien Años que inició la Nación del Fuego, bajo el reinado de Sozin se convirtió en el Estado que más habría penalizado la homosexualidad, siendo las relaciones entre dos mujeres o dos hombres un delito. Del mismo modo que en nuestro mundo de no ficción, esto llevó a conformar comunidades clandestinas de personas con diversas orientaciones sexuales o a la búsqueda de mayor libertad en las colonias donde no se ejercía esta proscripción. El Señor del Fuego Zuko terminaría descriminalizando a las personas LGBTTTIQ+.
Finalmente, el matrimonio igualitario y la adopción de parejas homoparentales es legal en los espacios de mayor mestizaje del universo de Avatar, las excolonias liberadas con el fin de la guerra o la República Unida, así como los espacios ocupados por la nueva Nación del Aire. En Ciudad República no sería extraña la celebración de la marcha del orgullo entre sus principales avenidas, probablemente encabezada por el Avatar Korra.