El mundo otaku y quienes fuimos niños en la década de los noventa tiene el corazón roto a causa del anunció de este viernes 8 de marzo del fallecimiento de Akira Toriyama, probablemente el autor más influyente en la historia del manga y anime, solo comparable a Osamu Tezuka, creador de Astro Boy, y Hayao Miyazaki, uno de los fundadores de Estudios Ghibli. Resumir la magnitud de su carrera parece imposible. Deja una ausencia en el Japón y el resto del mundo, sobre todo en América Latina. Ciertamente todavía demasiado joven para haber partido de este planeta con sesentaiocho años. La página oficial de Dragon Ball y Capsule Corporation Tokyo informaron que el conocido mangaka y diseñador de personajes falleció el pasado viernes debido a un hematoma subdural agudo. Pasó una semana para que la noticia se volviera pública, algo comprensible tomando en cuenta que Toriyama era una persona reservada que daba pocas entrevistas. El comunicado asienta:
Lamentamos profundamente que todavía tuviera varias obras en plena creación con gran entusiasmo. Tendría muchas más cosas que lograr.
Y en efecto, además de proyectos de videojuegos en los que Toriyama estaba involucrado, la franquicia de Dragon Ball sigue en plena expansión con el manga y las películas de Dragon Ball Super, además de una serie anime anunciada para otoño de este año 2024, Dragon Ball DAIMA. Se extrañará el distintivo estilo y el buen humor de un mangaka que definió una ruta a seguir en las historias para la demografía “shōnen”, es decir, en principio dirigidas al público masculino pre, intra y post adolescente, aunque Toriyama consiguió mantener el interés de quienes hemos llegado al tercer y cuarto piso de nuestras vidas, habiendo inspirado a autores tan importantes como Masashi Kishimoto, Tite Kubo y Eiichirō Oda, creadores de Naruto, Bleach y One Piece respectivamente. El mismo Oda decidió despedirse así de su maestro:
Es demasiado pronto. El agujero es demasiado grande. Cuando pienso que nunca te volveré a ver, la tristeza viene a mí. Te he admirado demasiado desde que era un niño. También recuerdo el día en que me llamaste por primera vez. El camino a casa el día en que usaste la palabra "amigo". También recuerdo la última conversación que tuvimos. Recibí un bastón de la época en la que leer cómics parecía estúpido. Creaste una era en la que tanto los adultos como los niños disfrutan leyendo cómics. Me mostraste un sueño en el que el comic podía ir al mundo. Era como ver a un héroe avanzar. No se limita a los caricaturistas, pero en la infancia de los creadores que están activos en todas las industrias, la emoción de la serie de Dragon Ball quedó arraigada. Su existencia es un gran árbol.
Me di cuenta de que el trabajo de Toriyama es una existencia más grande a medida que se acerca, hasta el punto de tener miedo. Pero estoy feliz de volver a conocer a la persona distante, porque amamos al Dr. Toriyama en el nivel de sangre.
La historia es muy conocida, pero haciendo un pequeño resumen, Toriyama tuvo su primer gran éxito con el manga serializado entre 1980 y 1984 Dr. Slump, luego adaptado al anime. Las aventuras de una chica robótica con fuerza sobrehumana llamada Arale Norimaki, capaz de perder literalmente la cabeza y volvérsela a poner con una sonrisa, junto a su creador, el pervertido profesor Senbei Norimaki. Pero su salto a la fama vino con el manga Dragon Ball, serializado entre 1984 y 1995, convirtiéndose su adaptación para anime en uno de los productos audiovisuales más conocidos, quizá solo comparable con Los Simpson. Hay niños que hoy en día son bautizados con los nombres de Goku, Gohan, Vegeta o Piccolo. Tras un lapso de más de una década durante el cual se daba a la franquicia por concluida, Dragon Ball regresaría en 2012 con la película Dragon Ball Z: la batalla de los dioses, iniciado un nuevo proceso de producción en el que Toriyama estuvo activamente involucrado.
Otra faceta del mangaka fue su contribución a los videojuegos. Desde la década de los noventa, su arte dio vida a múltiples juegos de rol japoneses, diseñando personajes para Dragon Quest y Chrono Trigger de Square Enix , y Tobal No. 1 y Tobal 2 de PlayStation.
Los mundos de Toriyama son divertidos, llenos de acción y aventuras con androides, alienígenas, demonios y dioses. Estos últimos muchas veces caracterizados como divinidades limitadas que deciden soltarle la mano a las personas que gobiernan para confiar y responsabilizarlas. Quizá cierta libertad desvergonzada y compartida es el gran patrón de las historias de este mangaka, capaz de creer en las segundas oportunidades, el coraje y el valor curativo de la risa y las buenas acciones. En palabras de Toriyama y del Maestro Roshi:
Hay que trabajar, hay que aprender, hay que comer, hay que descansar y también hay que jugar. Esas son las bases del entrenamiento para tener una buena condición.
Todos te extrañaremos mucho, Toriyama Sama.