Jason Arday, de 37 años, ha sido nombrado profesor por la Universidad de Cambridge. Con ello se convertirá en el profesor de ascendencia africana más joven de esta universidad, que año con año aparece listada entre las cinco mejores del mundo.
El caso de Arday es sin duda excepcional. Nacido en Londres, Arday no aprendió a leer y a escribir sino hasta que tuvo 18 años de edad. De manera todavía más increíble, hasta los 11 años no sabía hablar.
Arday padecía autismo y otra condición cognitiva en su desarrollo (al parecer, un tipo de retraso mental), por lo que tuvo una infancia difícil. Sin embargo, desde pequeño tenía un interés por los temas sociales. Particularmente, recuerda la liberación de Nelson Mandela en 1995. Pese a su lento desarrollo, el ahora sociólogo se había hecho la promesa de ayudar a los demás cuando fuera mayor.
Algo importante fue el hecho de que aunque no sabía escribir o leer, Arday tuvo una exposición importante a una gran variedad de música, lo que luego le sirvió de mucho.
Después de aprender a leer en los últimos años de la adolescencia, logro encauzar su educación con cierta velocidad y pudo obtener una licenciatura en Educación Física y Estudios de Educación de la Universidad de Surrey.
Aun cuando comenzó "tarde" su trayectoria profesional, Arday se propuso obtener un posgrado y combinó su trabajo con su educación. Al principio tuvo muchos problemas para escribir artículos académicos, pero con el tiempo y su esfuerzo dominó dicha forma de escribir, a su manera tan rígida y árida. Finalmente, en 2016 obtuvo un doctorado en la Universidad John Moores de Liverpool.
Un par de años después, en 2018, obtuvo un trabajo como profesor asociado en la Universidad de Durham y en 2021 logró el puesto de profesor de Sociología de la Educación en la Universidad de Glasgow. Y ahora ha sido contratado por la Universidad de Cambridge.
Parte de su trabajo como investigador está centrado en la igualdad en la educación superior. Su interés es modificar el statu quo, particularmente en muchas universidades del más alto nivel, en las que hay muy pocos profesores con raíces africanas. El profesor Arday cree que trabajar en una universidad como Cambridge le dará la suficiente influencia para poder hacer una diferencia.
Más allá del tema social y de raza, la historia de Arday es una inspiración para todas las personas que tuvieron una infancia difícil o una educación tardía, mostrando que el ser humano tiene una gran capacidad de aprender, aunque lo que es esencial es la disciplina, la esperanza y el apoyo de la familia, como fue el caso de la madre de Arday.