El próximo 12 de marzo de 2023 se llevará a cabo la ceremonia de entrega de los Premios Óscar, organizados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
En este contexto, Argentina, 1985, dirigida por Santiago Mitre, se perfila como una de las grandes favoritas para obtener el Óscar a Mejor película extranjera.
Argentina, 1985 es una película inspirada en hechos reales, protagonizada por el actor argentino Ricardo Darín, partícipe a su vez del éxito internacional El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009) y La cordillera (Santiago Mitre, 2017). En esta ocasión Darín tiene un rol totalmente distinto, reduce su carisma natural y ofrece una interpretación contenida e intensamente concentrada de Julio Strassera, un abogado del Estado que demuestra una tenacidad profesional poco convencional.
La cinta es una introspección histórica a la violencia y el horror que muchos argentinos vivieron después de la dictadura de la Junta Militar de la segunda mitad del siglo XX. Es una descripción instructiva y reflexiva de lo que se necesita para que los tiranos rindan cuentas dentro de los perímetros de un sistema legal, la persistencia y el papeleo y la intrepidez necesarios para lograr justicia.
En ese sentido, la cinta deja ver que no fue una empresa sencilla recrear el primer gran juicio por crímenes de guerra después de los Juicios de Nuremberg, en el que se buscó condenar a nueve comandantes militares, tres de ellos expresidentes de Argentina, acusados de crímenes contra la humanidad. Sin embargo, gracias a la mancuerna entre Mitre y Darín, toda la tensión se puede percibir en cada momento de la película y en las interpretaciones de los coprotagonistas.
El corazón de la película es el propio juicio, en el que Strassera presenta setecientos nueve casos. Su alegato final, de ocho minutos de duración, es el broche de oro. No se pavonea en la sala, ni siquiera levanta la voz. Desde su asiento, el funcionario da cuenta del tormento infligido a miles de sus conciudadanos.
Argentina, 1985 nos recuerda así que la verdad sin trabas es la mejor herramienta para la justicia.