Hace unas semanas, el personal de la galería Laz Emporium, que se encuentra en el glamuroso barrio de Soho en Londres, se sorprendió cuando agentes de la policía local irrumpieron en el establecimiento y con urgencia y premura se dirigieron hasta una de las vitrinas, en donde se encontraba la que parecía ser una mujer de mediana edad desmayada sobre una mesa.
Los agentes, sin embargo, resultaron todavía más sorprendidos cuando la responsable de la galería les informó que la mujer a quien pretendían ayudar era en realidad una pieza en exhibición, una escultura de tipo hiperrealista del artista estadounidense Mark Jenkins titulada Kristina.
La pieza, realizada a petición del dueño de la galería, Steve Lazarides, muestra a una mujer sentada frente a una especie de mesa de trabajo pero desmayada, inconsciente o francamente muerta, vestida con sencillez y con el rostro hundido en un tazón metálico. Lazarides pidió a Jenkins la escultura luego de que la hermana del galerista falleció mientras comía y, como la pieza, fue encontrada en condiciones muy parecidas, con la cara metida en un plato de sopa. Jenkins terminó la obra en 2022.
Kristina (2022) de Mark Jenkins, comisionada por de Steve Lazarides. Galería Laz Emporium
El incidente fue todavía más inesperado porque Hannah Blakemore, empleada de la galería, había cerrado brevemente el local para prepararse una taza de té. Fue al volver de esta pequeña distracción cuando encontró a los agentes de la policía atendiendo la supuesta emergencia.
Cabe mencionar finalmente dos datos suplementarios, el primero, que por ahora Kristina no se encuentra a la venta, pero de acuerdo con la galería, su precio sería de dieciocho mil libras, esto es, poco más de veintidós mil dólares.
El segundo dato es que antes de abrir la galería Laz Emporium, Steve Lazarides fue agente de Banksy, el famoso artista callejero inglés de identidad elusiva.