De acuerdo con un estudio realizado por la psicóloga Itziar Alonso, profesora de la Universidad del País Vasco, el comportamiento sexual compulsivo (CSB) se caracteriza por una preocupación repetitiva e intensa con pensamientos, impulsos y comportamientos sexuales que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en los dominios de funcionamiento ocupacional, interpersonal o social.
A pesar de que comúnmente se le denomina adicción sexual, compulsividad sexual o hipersexualidad, también se puede observar esta manía como un síntoma de la depresión y los trastornos de ansiedad.
El comportamiento sexual compulsivo consiste en obsesiones y compulsiones sexuales que son recurrentes, angustiosas e interfieren con el funcionamiento diario. Se le ha llamado también trastorno hipersexual. Aunque la hipersexualidad ocurre comúnmente en la manía, en este estudio se encontró que también puede suceder en la depresión y los trastornos de ansiedad. Existen algunos estudios cínicos donde los pacientes con depresión tenían a la par un comportamiento sexual compulsivo subyacente en forma de frottage.
Las personas que padecen estas afecciones actualmente son diagnosticadas con trastornos sexuales no especificados según la edición más reciente del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (conocido como DSM, por sus siglas en inglés). Sin embargo, la propuesta es que se involucren más factores asociados y se integre el "trastorno hipersexual" como una nueva categoría diagnóstica.
Tras indicar que sería más correcto hablar de trastorno obsesivo compulsivo que de adicción al sexo, Alonso explica que la persona afectada "tiene una vivencia inundada por la ansiedad desde que se levanta hasta que se acuesta, y una manera de librarse de esa ansiedad puede ser abocarse a la actividad sexual, igual que otro individuo puede deshacerse de ella mediante el juego o el afán por comprar".