La historia de cómo las nubes obtuvieron sus nombres

Todos nos hemos maravillado mirando el cielo y observando las formas de las nubes y sus transformaciones. Este deleite sensorial es de alguna manera parte de lo que es ser humano y mirar la naturaleza y, también, una de las principales labores poéticas en las que confluye la ciencia. En cierto sentido, al nombrar podemos ver más; literalmente, los objetos cobran definición y aparecen en nuestra atención con nueva luz. Esto ocurre notablemente en el caso de las nubes.

Hasta el siglo XIX se sabía muy poco de las formaciones de nubes, y es que, de cierta forma, son fenómenos elusivos, pues no se pueden capturar y analizar en un laboratorio. Esto cambió cuando un joven químico que desde niño había sido un atento observador de las nubes notó que si bien las nubes tienen innumerables formas, siempre parecen obedecer a una serie limitada de tipos.

Simplemente infiriendo a partir de su atenta su observación, Luke Howard clasificó las nubes en tres tipos básicos, a los cuales dio nombres en latín: cirrus (pelo o rizo) cumulus (cúmulo o pila) y stratus (estrato o extensión). Howard notó además que las nubes, perteneciendo a estos tipos básicos, tenían una gran dinámica y todo el tiempo estaban convirtiéndose la una en la otra. Así, también designó las transiciones o combinaciones de esta naturaleza impermanente: cirrocumulus, stratocumulus, cirrostratuscumulo-cirro-stratus o nimbus, la nube de lluvia. Posteriormente se añadieron otras tres: altrostratus, altocumulus y cumulonimbus (la nube de rayos). Pese a las nuevas adiciones, la intuición inicial de Howard ha probado ser correcta. 

Las designaciones fueron aceptadas y generaron gran clamor entre científicos y poetas como Goethe, quien le dedicó sendos poemas a cada uno de los tipos de nubes y al mismo Howard. Este honor es realmente especial, pues ser honrado con los versos del que en ese momento era seguramente el más grande poeta e intelectual de Europa no es poca cosa.

A continuación compartimos un video donde esta singular historia se amplía:

 

También en Pijama Surf: Meteorología musical: música para ver nubes (PLAYLIST)

© 2017 - pijamasurf.com Todos los derechos reservados