Hace tan sólo 2 años, los "hongos mágicos" fueron considerados por la FDA como candidatos para convertirse en un medicamento legal por el potencial que ya habían demostrado para tratar la depresión. Con esto se aprobó que se realizaran pruebas clínicas para comprobar su efectividad e ir atravesando el proceso legal en Estados Unidos que permite que una sustancia se vuelva un medicamento legal.
Recientemente, los resultados positivos de pruebas realizadas por el Instituto Ursona de fase 2 en las que se usó psilocibina para tratar personas con depresión severa recibieron el visto bueno de la FDA y con ello, se otorgó a esta terapia nuevamente el sello de "Breakthrough Therapy". Este sello sólo es otorgado a tratamientos que tienen enorme potencial o que pueden curar enfermedades terminales.
El resultado de estas pruebas sugiere que el tratamiento con "hongos mágicos" podría reducir su tiempo de prueba a la mitad, de 12 años a menos de 6, de los cuales lleva por lo menos 2, aunque no queda muy claro cuál es el estatus exacto. En 2018 pruebas realizadas por la compañía del transhumanista Peter Thiel, Compass Pathways, también recibieron este mismo sello.
Lo que es interesante de esta prueba en específico es que fue realizada con personas severamente deprimidas que no responden a otro tipo de tratamientos como pueden ser los antidepresivos, esto incluye a sólo entre el 10 y el 30% de las personas deprimidas. Los "hongos mágicos actúan" por vías muy distintas a las de los típicos antidepresivos y parecen ser mucho más poderosos.
Una nueva prueba investigará próximamente los efectos que tienen estos hongos en personas con depresión común. Se considera que los "hongos mágicos" están ganando simpatía y quizá en 2 o 3 años se pueda tener acceso a ellos en terapias asistidas en Estados Unidos. Esto parece posible no sólo por el hecho de que el tratamiento funciona, sino porque aparentemente existe un importante e influyente capital detrás de estas empresas, lo cual ha generado también mucha polémica, especialmente entre personas que optan por métodos de sanación tradicional con psicodélicos. A esto se suma que varias ciudades en Estados Unidos en el último tiempo han empezado a despenalizar la psilocibina.
Actualmente, sólo en Estados Unidos, más de 40 millones de personas sufren de depresión, por lo cual se trata de un mercado inmenso.
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