El renacimiento de la medicina psicodélica es una realidad. Hace unas semanas se dio a conocer que el gobierno de Estados Unidos había autorizado una prueba clínica para el tratamiento de depresión con psilocibina. Este es el primer paso dentro de un proceso de legalización médica; si todo marcha en orden, en 3 años podría haber compañías autorizadas para ofrecer el servicio médico de psilocibina (el ingrediente activo de los "hongos mágicos") para pacientes deprimidos. La compañía a la que se le otorgó la autorización para hacer estas pruebas es COMPASS Pathways, una empresa que recientemente ha recibido una importante inyección de capital y que ya ha fabricado 20 mil dosis de psilocibina sintética.
Como señala el profesor Charles Grob, de la Universidad de California, se avecina el "capitalismo psicodélico", y nadie sabe bien cómo va resultar este "matrimonio" de dos cosas que hace unos años parecían completamente incompatibles. Grob se pregunta si COMPASS será el Eli Lilly de los psicodélicos.
COMPASS es una empresa fundada por Peter Thiel, el magnate de Silicon Valley que fundó también PayPal, hizo una "angel investment" en los inicios de Facebook y es un entusiasta del transhumanismo. Esta semana uno de los inversionistas de COMPASS, Christian Angermayer, lanzó una nueva startup de biotecnología llamada ATAI Life Sciences, que ya ha producido 25 millones de dólares. ATAI (el nombre es el de una diosa africana) se dedicará también a la investigación de psicodélicos (acaso jugando con la idea de Terence McKenna de que en las planicies africanas, los hongos ayudaron a detonar la evolución humana). Por su parte, COMPASS ya ha generado más de 33 millones de dólares en inversiones. Así que este holding empieza a perfilarse como el futuro gigante de los psicodélicos.
El tema aquí es que, hasta ahora, toda la investigación de psicodélicos -por ejemplo MAPS- había sido realizada sin fines de lucro. Los médicos han creado un protocolo basado en detonar experiencias místicas, elaborando playlists que combinan música de Bach y Ravi Shankar, entre otros; a la par, los pacientes suelen recibir una rosa para contemplar, y atención personalizada. Mucha de la investigación ha sido "open source". Ahora, entra la industria de la tecnología y el poder del capital de Silicon Valley. Entre los socios de COMPASS está una compañía llamada Calm, que desarrolla software para meditar, y 7 Cups, una compañía que desarrolla chatbots. Es posible que COMPASS patente un protocolo de tratamiento en el cual podría eliminarse casi del todo la interacción humana. En el futuro, la niñera del viaje será un robot.
Sin duda, se trata de un tema espinoso, pues por una parte es una gran noticia que pronto la gente podrá acceder a la terapia psicodélica. Ya existen importantes indicios de que los "hongos mágicos" superan a los antidepresivos en cuanto a efectividad para tratar la depresión. Sustancias como el MDMA, la ketamina, la ayahuasca y otras son sumamente prometedoras para diversas condiciones y padecimientos. Lo que genera alarma y preocupación es que estas terapias se vuelvan elitistas o se descontextualicen, ya no sólo de un entorno chamánico, sino de un entorno humanista; pues cuando la salud se convierte en negocio, el máximo potencial de sanación se ve sacrificado por el modelo de crecimiento de las empresas. El tema va a dar mucho de qué hablar. Seguiremos informando.