En la década de los años 90 del siglo XX, los psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Yale y John Mayer de la Universidad de New Hampshire presentaron al mundo el concepto de “inteligencia emocional” –IE–, para explicar la habilidad de comprender y manejar las emociones tanto de uno como de otra persona para generar una influencia positiva en el estado de ánimo. Después, con la viralización del concepto gracias al psicólogo y periodista científico Daniel Goleman, se consideró a la IE como la manera más corta de “ganarse el corazón de las personas, llevar una vida feliz y hacer más dinero”.
Poseer IE implica tanto distinguir entre diferentes emociones a la hora de sentirlas como desarrollar herramientas adecuadas para enfrentar situaciones críticas; entre estas últimas se encuentra comunicar aquello que se siente, buscar nuevas experiencias, crear conceptos o expresiones propios de las emociones que se sienten, y aprender nuevas palabras para poder diversificar tanto las emociones como la comunicación.
Si bien en ocasiones la IE se considera un sinónimo de madurez emocional, a veces las personas pueden confundirla con manipulación –e incluso con rasgos de psicopatía–, pero la realidad es que se trata de un rasgo importante para desarrollar una buena salud tanto física como emocional. Las razones de ello son las siguientes:
– Genera vínculos afectivos
La IE brinda la oportunidad de fomentar la empatía en distintas áreas de la vida: en lo laboral, lo amistoso, lo familiar, lo amoroso, etc. Gracias a ello se puede alcanzar un nivel extraordinario de conectividad y unicidad entre la naturaleza, las otras personas y uno mismo, lo cual permite entrar en sintonía con las necesidades tanto propias como de los demás. Incluso, hay quienes dicen que reduce la intensidad o la frecuencia de las peleas.
– Mejora la autodisciplina
La mejor manera de abandonar malos hábitos y viejos vicios es conociendo las razones por las que se realizan. Es como si se tratase de un estilo de fitness mental, el cual es igual de importante y beneficioso que la actividad física. Los psicólogos invitan a pensar en los ejemplos de la adicción y la procrastinación: son dos actividades que sirven para regular las emociones negativas –como el estrés, el agobio o la soledad–, por lo que al traer a la conciencia las razones de esas emociones será más fácil estar en dominio de ellas. Es decir, una alta IE está relacionada con mucha disciplina.
– Una IE alta brinda popularidad
Un estudio del 2016 encontró que la popularidad de estudiantes inteligentes emocionalmente incrementó con el tiempo en comparación con los estudiantes con una baja IE. En dicha investigación se encontró también que, pese a ser popular en algún punto de sus vidas, los estudiantes narcisistas pierden popularidad conforme envejecen porque poseen bajos niveles de IE.
– La IE te vuelve más asertivo.
Cuando uno está muy consciente de sus emociones, adquiere mayor capacidad para tener actos de autocuidado en situaciones críticas, lo cual a su vez permite mejorar la confianza en uno mismo y el autoconcepto. Según John Gottman, terapeuta de pareja, la IE brinda una mayor probabilidad de establecer relaciones de pareja saludables e íntimas.